El pasado 7 de agosto, productores de dos municipios ubicados en diferentes latitudes del semidesierto lagunero en Durango decidieron compartir sus experiencias en la producción de granos en cada uno de sus municipios, gracias al trabajo que han logrado los Formadores MasAgro en el estado. Los productores de San Juan de Guadalupe, Durango, acudieron al municipio de San Pedro del Gallo, ubicado a más de 350 km, con la esperanza de observar un sistema de producción modernizado, que modifique las prácticas convencionales con las que han trabajado durante tanto tiempo y les permita mejorar y obtener nuevos resultados.
El productor innovador Felipe Cossio Pantoja, en las instalaciones de la Casa Río, en el municipio de San Pedro del Gallo, relató lo que ha realizado desde 2010 en su parcela, después de haber conocido las diferentes tecnologías que promueve MasAgro, de las cuales ha probado análisis de suelos, el uso de variedades adecuadas de semilla, inoculación de la semilla con micorrizas, mejoradores de suelo, fertilización foliar y Agricultura de Conservación, piedra angular para la aplicación de prácticas sustentables en su predio. Cabe destacar que todas estás nuevas prácticas le han permitido a Felipe Cossio incrementar la producción en granos y forrajes.
Durante el recorrido realizado por el módulo de innovación “La Micorriza”, los productores pudieron constatar los beneficios que han proporcionado las tecnologías MasAgro en varios conceptos de sustentabilidad, como la mejora en la estructura del suelo, las acciones de conservación de suelo y agua o la nivelación del terreno.
También se llevó a cabo una demostración de maquinaria agrícola donde se utilizó una sembradora de siembra directa en el cultivo de maíz y pudieron observar su calibración y operación. Está práctica se ha llevado por cinco años seguidos en este módulo y los visitantes pudieron constatar que dejar los residuos sobre la parcela ha incrementado el contenido de materia orgánica.
El recorrido les permitió ver a los productores que, a pesar de las condiciones climáticas tan precarias que azotan año con año la región, aún existen métodos y prácticas que dan esperanzas al campo mexicano.