Comitán de Domínguez, Chis.- El cambio climático es una realidad y se manifiesta de diversas formas en los estados. En Chiapas no hay un patrón predominante, pero sobresalen los casos en que ha habido un incremento notable en las lluvias (como en Altamirano, Tonalá y Motozintla) y aquellos en los que, por el contrario, han disminuido significativamente (como en Tapachula y Malpaso). Esto significa cambios importantes en los regímenes pluviales, es decir, lluvias mucho más torrenciales combinadas con periodos de sequía.
Ya que la agricultura es uno de los sectores más afectados por la variabilidad climática, en la plataforma de investigación Comitán —donde colaboran el Instituto Tecnológico de Comitán y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se estudian y validan diversas prácticas agrícolas que permiten mitigar los efectos del cambio climático.
Situada en Comitán de Domínguez, Chiapas, la plataforma de investigación se estableció en 2014 (en ese año el objetivo del maíz cultivado fue producir rastrojo para cubrir el suelo) y desde 2015 inició el estudio de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación: mínimo movimiento del suelo, cobertura con rastrojo y diversificación de cultivos.
En la zona donde se ubica la plataforma los cultivos principales son maíz y frijol, con poca diversificación con otras especies. Predominan la labranza convencional con barbecho (25 cm de profundidad) y un paso de rastra (15 cm de profundidad), la utilización de grandes cantidades de herbicidas y plaguicidas, la poca o nula fertilización y la quema de rastrojos.
Con suelos descubiertos, los efectos negativos del cambio climático son mayores y más visibles. Muchos productores de la zona tuvieron una baja significativa en su producción debido al cambio en el régimen de lluvias: durante los años 2015, 2016 y 2018 las lluvias que se presentaron en la región fueron atípicas —iniciaron en mayo, pero disminuyeron en junio, julio y agosto y tuvieron una distribución errática durante esos meses—; y en 2017 se presentaron de manera típica.
No obstante, las parcelas trabajadas con Agricultura de Conservación que se establecieron en la plataforma de investigación Comitán brindan esperanza a los productores locales: los tratamientos en los que se ha dejado el rastrojo no disminuyen su rendimiento; por el contrario, junto con la diversificación de cultivos han permitido obtener los mejores resultados en los años más secos (figura 1), en buena medida porque al mantener el rastrojo como cobertura, se retiene mayor humedad en el suelo.
Debido a la irregularidad de la precipitación pluvial que se está presentando en la región, los responsables de la plataforma de investigación señalan que es necesario continuar evaluando los factores de labranza, el manejo de rastrojo, los cultivos alternativos para rotación o asociación que presenten tolerancia a sequía y otras prácticas de conservación de humedad con el fin de atenuar la falta de agua. Sin embargo, este estudio iniciado en 2015 pone de manifiesto la importancia de no quemar el rastrojo y mejor aprovecharlo como cobertura del suelo.