Los menonitas son un grupo étnico-religioso que tiene raíces en Alemania y Holanda y que, por diversos factores sociopolíticos —entre ellos la Primera Guerra Mundial—, llegaron a México entre 1922 y 1940 provenientes sobre todo de Canadá y Estados Unidos, y estableciéndose principalmente en el estado de Chihuahua.
El fuerte vínculo con la tierra es característico de la comunidad menonita. Muchas de sus áreas de cultivo actualmente se distinguen por tener una tecnología vanguardista debido, en gran parte, a que los integrantes de estas unidades de producción son jóvenes agricultores, más abiertos al uso de la computadora, internet y a dispositivos electrónicos encaminados a practicar la agricultura de precisión.
Así, en sus tierras de cultivo es fácil encontrar sistemas GPS instalados en tractores para hacer las labores culturales más precisas, también se pueden encontrar equipos que, instalados en las cosechadoras, les permiten medir la producción con gran exactitud.
En la “Colonia Pestañas”, ubicada en el municipio de Buenaventura, al noreste del estado, conocí a un joven productor menonita: Ronny Enns quien, junto con su esposa, inició una empresa familiar hace nueve años y, ahora, con dos hijos, Ronny cuenta cómo se dio cuenta de que quemar los rastrojos no era una buena idea.
“Hace 25 años mi papá compró estos terrenos, que eran parte de un rancho ganadero. Tuvo que trabajar mucho para convertirlos en terrenos agrícolas porque originalmente estaban muy pedregosos y poco a poco fue quitando las piedras de encima pues no podía cultivar el terreno. Se usaba el subsoleo, arado y rastra y las piedras volvían a salir una y otra vez hasta que dejo de usar esas herramientas. Fue el inicio para encaminar sus esfuerzos para hacer menos daño al suelo y poder sacar cultivos buenos y rentables”, relata Ronny.
“Mi papá fue dejando poco a poco los trabajos agrícolas para dedicarse de lleno al comercio y yo tuve que tomar las riendas del rancho casi al mismo tiempo que me casaba, y con mi familia recién formada nos dedicamos cien por ciento al campo, que es mi pasión”.
El joven productor comenta que las tareas no fueron sencillas al comienzo, primero transitaron de un riego rodado a un riego por aspersión y, después de muchos intentos, lograron una producción que les permitió cubrir los gastos de operación: “Con trabajo y esfuerzo fuimos haciendo ahorros para tener mejores resultados y creo que esto puede lograrse con sistemas de producción que nos permita hacer mejor uso de los recursos y que no desperdiciemos nuestros esfuerzos; así que se compró un equipo GPS y compramos una estación meteorológica para tomar decisiones y alcanzar mayores producciones”, comenta Ronny.
Actualmente este productor cultiva maíz, trigo, sorgo, algodón, frijol, centeno y triticale. Además, trabaja la tierra de forma sustentable: “Por pláticas que tuvimos con otros agricultores llegamos a la conclusión que no es bueno hacer las quemas del rastrojo. Así comenzamos a hacer un manejo más cuidadoso del suelo. En principio no volvimos a quemar y ahora hemos estado platicando con gente de MasAgro-Cultivos para México, ellos nos explican que es mejor dejarlo encima”.
“Visitamos a otros agricultores con la gente de MasAgro-Cultivos para México y vimos que tienen un magnífico resultado dejando encima el rastrojo, teniendo ahorros de dinero, agua y esfuerzo. También hemos estado haciendo unos ensayos para manejar el sensor GreenSeeker®, que es un aparato desconocido para nosotros pero que nos permitirá tener ahorros en el fertilizante y con producciones semejantes a las que hemos tenido”.
De esta manera, la Agricultura Sustentable que se impulsa a través de MasAgro-Cultivos para México —iniciativa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— ha ido permeando entre la comunidad menonita del norte de Chihuahua. Como concluye Ronny, es importante “conservar los recursos que nos fueron prestados con mucha responsabilidad para que por mucho tiempo podamos seguir siendo agricultores”.