“No todos los participantes van a producir lo mismo porque depende de la zona agroclimática en la que se encuentren, pero queremos que cada uno se especialice en una o dos variedades y las produzca”.
Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa.
Quetzaltenango, Guatemala.- Se desarrolló el octavo módulo del curso de Especialización técnica en producción de semillas nativas en Cercap, Salcajá, Quetzaltenango, impulsado por Buena Milpa, proyecto de USAID bajo la iniciativa Alimentando el Futuro.
En el curso están participando 35 colaboradores del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) de Quetzaltenango y Totonicapán; la Asociación Cooperación para el Desarrollo Rural de Occidente (CDRO) de Totonicapán; la Asociación Comunitaria para el Desarrollo SERJUS de Quetzaltenango; la Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (Adipo) de San Marcos; la Asociación de Productores de los Cuchumatanes (Asocuch) de Huehuetenango; la ASECSA de Totonicapán; Vivamos Mejor AID de Sololá; la UAM de Huehuetenango; y la AFEDES de Sacatepéquez, así como algunos productores del occidente del país.
Carlos Sum, coordinador de Capacitación de Buena Milpa, explicó que el objetivo de este módulo es reforzar los contenidos que se vieron en los anteriores, que se refieren al manejo del cultivo, específicamente, para la producción de semillas.
“El año pasado nuestra estrategia fue establecer parcelas de entrenamiento y a cada participante se le dio una provisión de cinco distintas variedades de semillas para que las sembrara y practicara el proceso de producción; este año se hará un plan de implementación de parcelas de producción de semillas. No todos los participantes van a producir lo mismo porque depende de la zona agroclimática en la que se encuentren, pero queremos que cada uno se especialice en una o dos variedades y las produzca”, agregó.
Aurelio Augusto Suruy, productor de la aldea Los Corrales, Cabricán, es miembro de la plaza comunitaria Madre Tierra que cada miércoles instala un mercadito en ese municipio, él afirmó que la experiencia ha sido buena, porque antes desconocían cómo se recolectan las semillas y creían que sólo podían comprarse en agroservicios.
“El año pasado le compré tomate manzano a una productora de Cajolá y al día siguiente vine a la capacitación que coincidió con una práctica de cómo recolectar la semilla de tomate, entonces llamé a mi esposa y le dije que no tocara los tomates y cuando regresé hicimos la práctica en la casa, ahora ya tenemos plantas de esa variedad”, contó.
Una de las fortalezas de estos cursos es que se cuenta con expertos que facilitan el conocimiento teórico y dan acompañamiento en la práctica para resolver dudas de los participantes y asegurarse de que apliquen de forma correcta las técnicas aprendidas.
María Cecilia Poncio, agricultora de Quiché, mencionó que ya cosechó la semilla que le dieron el año pasado y que este año sembrará más porque ya cuenta con su propia semilla. “Lo mejor de tener semillas nativas es que nos economizamos la compra de semillas extranjeras, que además requieren fertilizantes químicos que sólo debilitan nuestras tierras”.
Réplicas
Luis Barrios de León, de la Unidad de Formación y Capacitación del MAGA en Totonicapán, considera que estas iniciativas ayudan a fortalecer los conocimientos sobre semillas nativas, algo que se ha descuidado y que es fundamental, porque los agricultores deberían tener la capacidad de producir sus propias semillas.
“A finales de 2017 tuvimos jornadas de capacitación con los equipos de extensión rural de los ocho municipios de Totonicapán, y se hicieron algunas prácticas para producir semilla de miltomate, tomate y hierba mora”, contó, y señaló que en los próximos meses seguirán capacitando a los extensionistas para fortalecerlos y que ellos asuman el compromiso de hacer las réplicas en las comunidades.
El objetivo de estos módulos es fortalecer los conocimientos técnicos agroecológicos y dar herramientas para la producción de semillas de hortalizas nativas, de acuerdo con la zona edafoclimática de las áreas en las que intervienen los participantes.