La cobertura propicia que las plantas tengan humedad disponible, al no permitir que los rayos solares evaporen el agua de la superficie del suelo.
Luz Paola López, con información de Christian Thierfelder y Patrick C. Wall, CIMMYT.
9 de junio de 2015.
Los rastrojos constituyen una parte fundamental para la implementación de la AC; al dejarlos como cobertura de la parcela, en combinación con la ausencia de labranza, aportan beneficios que impactan en la estructura del suelo y en el manejo agronómico del cultivo.
Uno de los más importantes es el relacionado con el manejo del agua en la parcela, ya que los residuos protegen al terreno de la erosión hídrica, pues en suelos descubiertos la acción destructiva de las gotas de lluvia hace que las partículas del suelo se dispersen, se tapen los poros y se compacte la superficie, lo que impide la infiltración del agua.
La cobertura propicia que las plantas tengan humedad disponible, al no permitir que los rayos solares evaporen el agua de la superficie del suelo, y previene la deshidratación a causa del viento.
También se favorece la actividad biológica. Al haber una mayor cantidad de poros se genera una fuente constante de alimento y un hábitat para los organismos del suelo, lo que propicia, además, un aumento en su población. Muchos de estos organismos crean poros o destruyen plagas que atacan los cultivos. Por el contrario, cuando se practica la agricultura convencional, las fuentes de alimento no están tan disponibles para los organismos del suelo.
El incremento en la actividad biológica permite que la materia orgánica permanezca más tiempo en el suelo en forma de humus, con lo cual los nutrientes son más accesibles para las plantas que las formas inorgánicas, como los fertilizantes. Sin embargo, también es posible que los residuos inmovilicen el nitrógeno y, por ello, quizá sea necesario aplicar un poco más de estiércol o fertilizante nitrogenado en los primeros años con AC.
La barrera que los rastrojos crean en el suelo también disminuye las poblaciones de malezas, ya que los residuos funcionan como una barrera que restringe su germinación y crecimiento. Protegen además al suelo de la radiación solar y por la noche actúan como una cobija que conserva el calor. En climas fríos, el hecho de que el suelo esté helado puede obstaculizar la germinación de la semilla, lo que es poco probable en zonas tropicales.
Los beneficios de la cobertura pueden resumirse en:
- Ayudan a la infiltración de agua.
- Aumentan el volumen de agua disponible para los cultivos.
- Mejoran la actividad biológica.
- Permiten la producción de materia orgánica y la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
- Evitan la evaporación de agua.
- Impiden la erosión por agua y viento.
- Disminuyen la población de malezas.
- Regulan la temperatura del suelo.
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