El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) es una polilla que causa graves daños a las gramíneas, en particular al maíz y al sorgo, sus huéspedes preferidos. Esta plaga es nativa de las áreas tropicales y subtropicales de América y se ha propagado por amplias regiones de todo el mundo, en buena medida, debido al clima más cálido que se ha registrado en los últimos años.
El cambio climático puede afectar el grado de contagio, la propagación y la gravedad de las plagas en todo el mundo: “Aquí nos pega mucho la sequía, especialmente en la canícula. Este año con la agricultura de conservación no nos afectó mucho y la milpa no lo sintió gracias a la cobertura del suelo. Hay menos malezas, se aplican menos plaguicidas, y más con esta feromona de PROVIVI® porque aquí teníamos demasiado gusano cogollero”, comenta el productor Víctor Manuel Martínez Durán.
Víctor Manuel es un productor de maíz del municipio de Villaflores, en el estado mexicano de Chiapas. Ante las dificultades para mantener su actividad agrícola rentable —entre las que destacaba la afectación por gusano cogollero—, él y otros agricultores decidieron buscar alternativas, encontrando en la agricultura sustentable una opción viable y pertinente.
“Somos un grupo de 10 productores y trabajamos aproximadamente 150 hectáreas con agricultura de conservación. Ya tiene tres años que nos conformamos. Yo contacté al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y este nos dio asesoría. El año pasado ya hicimos compras consolidadas y ventas consolidadas. Ahora estamos trabajando con los dispensadores de feromonas de confusión sexual y gracias a ello en la superficie que tenemos nada más hicimos una sola aplicación de plaguicida”, comenta el productor.
Asociatividad, prácticas de agricultura sustentable y el uso de tecnología que los encamina a un manejo agroecológico de la plaga, han sido fundamentales para que Víctor Manuel y sus compañeros logren las cosechas que antes eran severamente afectadas por el gusano cogollero: “Aquí es muy difícil el gusano cogollero. Aplicábamos insecticidas tres, cuatro veces y no lo podíamos controlar muy bien para dejar una milpa sana como sí la tenemos este año”, comenta.
“Teníamos demasiado gusano cogollero. Incluso hasta empezábamos a usar otros líquidos que son para el tratamiento de semilla y que son muy malos para el consumo humano. Y este año con PROVIVI® sí nos ha beneficiado porque es un producto que no es tóxico para nadie, ni para la naturaleza”, comenta Víctor Manuel, quien destaca además la participación del Comité Estatal de Sanidad Vegetal (Cesave) de Chiapas, el cual apoyó con dispensadores para 10 hectáreas por productor.
“Con los dispensadores PROVIVI FAW® el índice de gusano cogollero es muy bajo porque reduce su reproducción. Con estas banderitas la feromona ahí está permanentemente, actuando por 90 días. Y 90 días estamos hablando de un maíz ya dado”, menciona Víctor Manuel.
El gusano cogollero está adaptado a climas cálidos y su distribución geográfica depende estrechamente de las condiciones climáticas. Su expansión a un mayor rango geográfico en climas más cálidos hace urgente la necesidad de buscar y difundir opciones que, como los dispensadores de feromonas de confusión sexual y la agricultura de conservación, permitan avanzar hacia un manejo más sostenible de la plaga.