El pulgón amarillo causó gran preocupación este año en el estado de Guanajuato.
Con información de Paul García Meza, asesor técnico de MasAgro Guanajuato.
Diciembre de 2015.
Huanímaro, Guanajuato.- Las alertas de la presencia de pulgón amarillo en el estado comenzaron a escucharse con mayor fuerza en los últimos días del mes de julio. Alejandro Cruz —que cuenta con más de 20 hectáreas de sorgo sembradas, entre temporal y riego— comenzó a preocuparse por la situación. Afortunadamente cuenta con un equipo de aspersión de mediana tecnología, como bombas motorizadas, manuales y una aspersora de tractor. Sin embargo, esta última apenas pudo utilizarse en una parcela de temporal que a sus escasos 40 días de emergido, ya tenía altas poblaciones de pulgón.
Los sorgos de riego que ya se encontraban en embuche presentaban poblaciones que superaban los 450 individuos por hoja, sobrepasando el umbral económico; sin embargo, aún no existía una metodología clara para su monitoreo y manejo. Mientras esto se aclaraba, se iniciaron las aplicaciones utilizando como ingrediente activo sulfoxaflor, 75 ml/ha, y para posteriores aplicaciones se utilizó imidacloprid, 250 ml/ha en un volumen de agua de 400 litros.
En la región, como en muchas otras del estado, comenzó a correr el rumor de la existencia de un “polvo mágico” que controlaba el pulgón, y fue ahí donde las recomendaciones técnicas se contraponían a las económicas; mientras que la información científica de acceso hasta el momento proponía el uso de productos de bajo impacto, las casas comercializadoras recomendaban metamidofos, clorpirifos, parathión metílico y cipermetrina.
Finalizaba el mes de agosto y hasta el momento se habían realizado tres de cuatro aplicaciones en la parcela San Isidro: una de sulfoxaflor y otras de imidacloprid, en las que se vigilaba que el pH del agua fuera de 6.5, la cantidad de líquido asperjado por hectárea y, por supuesto, supervisando la técnica de aplicación del producto. Pasaron entre 15 y 22 días entre cada aplicación, con la presencia de poblaciones de 75-100 individuos por hoja en promedio, población que sobrepasaba el umbral, aunque relativamente baja, en comparación con las primeras infestaciones.
A finales de agosto se observó disminución en la población de pulgón; eran visibles entre 100 y 250 pulgones en las hojas más jóvenes, situación que se atribuye a las variaciones climáticas y la sinergia con los productos químicos utilizados, pero aquí fue donde apareció el segundo problema: larvas de cogollero (Spodoptera frugiperda) en la cabeza aún lechosa del sorgo. Las larvas se encontraban rompiendo la testa de los granos. Los primeros muestreos dieron como resultado un promedio de cinco gusanos por panoja en distintos estados larvarios, cabe resaltar que esto rompe con el paradigma de la territorialidad y canibalismo de esta especie.
Como primera medida se decidió establecer trampas con feromonas para determinar la cantidad de adultos machos y romper el flujo de las palomillas a la parcela; con estas, en un primer conteo, al siguiente día del establecimiento se encontraron 250 palomillas por trampa, lo cual aseguró la identificación plena del enemigo, además de su posible origen: parcelas vecinas de maíz con mal manejo de cogollero. Para el manejo de las larvas se aplicó imidacloprid + bifentrina, pero dadas las condiciones fenotípicas del sorgo al tener una panoja compacta, no se logró un buen control sobre la plaga.
Al cuarto día de observar el poco o nulo resultado de la suma de insecticidas, se utilizó benzoato de emamectina, producto que si bien no es barato, es de menor impacto. El control fue evidente y al tercer día era posible encontrar larvas muertas, observando que la mayor efectividad fue a los cinco días. Para el 24 de septiembre, las alertas estatales sobre el pulgón comenzaron a escucharse cada vez menos; la plaga parecía estar cediendo ante el clima.
Después de la trilla, en la parcela San Isidro, Alejandro obtuvo un rendimiento de 10.1 t/ha con una humedad del 14.6%. El costo de producción de la parcela fue de $17,216.00, y la relación beneficio/costo fue de 1.99. El rendimiento obtenido es el resultado del gran esfuerzo realizado; la situación de la plaga sin duda alguna causó gran preocupación en los productores; sin embargo, con casos como éste se demuestra la posibilidad de un manejo sustentable ante problemas como el que se vivió este año en el estado de Guanajuato.