El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) es la principal plaga del cultivo de maíz y puede generar pérdidas económicas considerables; sin embargo, tiene enemigos naturales que la mayoría de las veces pasan desapercibidos por el productor y cuyas poblaciones se reducen por la aplicación de insecticidas altamente tóxicos que no son selectivos (es decir, que matan a insectos plaga e insectos benéficos por igual).
Entre los enemigos naturales del gusano cogollero hay una gran diversidad de insectos entomófagos (que se alimentan de otros insectos); estos pueden ser depredadores o parasitoides (cuyas larvas se alimentan y crecen en el interior o en la superficie de un insecto huésped), en cuyo caso las hembras son las encargadas de depositar sus huevecillos en el huésped, después las larvas se alimentan del insecto parasitado y al final le causan la muerte o forman una pupa o crisálida (una especie de cápsula) al interior o fuera de él para emerger como adulto.
Los enemigos naturales pueden ser usados como control biológico en agricultura de dos maneras: introducción de enemigos naturales por el hombre (denominado control biológico aplicado); y control espontáneo en la naturaleza (control biológico natural), el cual constituye un fenómeno ecológico que es uno de los principales componentes del control natural que mantiene a todas las especies vivientes en un estado de equilibrio.
El uso de insecticidas no selectivos y la pérdida de cierta vegetación que usan como refugio han provocado la pérdida de diversidad de insectos benéficos y un desequilibrio entre los insectos plaga y sus enemigos naturales. Para explorar si en una zona o en una parcela determinada hay enemigos naturales del gusano cogollero se puede hacer un ejercicio, como el desarrollado en la plataforma de investigación de Iguala, Guerrero, (en 2018) gracias a la colaboración entre la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Ambientales de la Universidad Autónoma de Guerrero, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Para el muestreo se colectaron 125 larvas de gusano cogollero (aunque solo 91 fueron útiles para medir el parasitismo), cada una se colocó en vasos individuales transparentes perforados y con tapa (fueron alimentadas con hojas de maíz tiernas cada dos días) y los registros de movilidad y presencia de parásitos se realizaron cada tercer día.
Con 21 larvas de gusano cogollero parasitadas (que representan 23% de parasitismo), los insectos benéficos (parasitoides) detectados fueron la Avispita (Chelonus insularis) y el Cameron (Campoletis sonorensis). Estos dos insectos son de los parasitoides más importantes por su distribución, frecuencia y porcentaje de parasitismo causado en el gusano cogollero; particularmente la Avispita se reporta como la especie con mayor frecuencia ya que se ha identificado en 27 de los 32 estados de México, con un porcentaje de parasitismo de 60%. En el caso del Cameron, este se ha identificado en menos estados (al menos 9), pero su porcentaje de parasitismo ha sido mayor, con 98%.
Cabe mencionar que en las condiciones climáticas de Iguala, Guerrero, se detectaron ocho larvas de gusano cogollero momificadas por los hongos Beauveria bassiana y Metarhizium spp., así como por la bacteria Bacillus thuringiensis. Estos microorganismos actúan de diferente forma a los parasitoides, pero también causan la muerte del gusano cogollero y pueden ser usados como control biológico.
Los enemigos naturales de gusano cogollero están presenten en condiciones climáticas diversas; sin embargo, su frecuencia y parasitismo depende del manejo del cultivo y la aplicación de insecticidas que puedan provocar la muerte tanto del gusano cogollero como del parasitoide.
Por: Fernando Flores Ferino (Universidad Autónoma de Guerrero), Rocío Toledo Aguilar, Fernando Bahena Juárez y David H. Noriega Cantú (INIFAP).