Para una gran parte de la humanidad —y a través de la historia—, la hora de los alimentos está íntimamente ligada a la presencia y acción de las mujeres. Ellas alimentan al mundo en más de un sentido. No solo preparan los alimentos, los cultivan: de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuatro de cada 10 personas que trabajan en el campo en todo el mundo, e incluso siete de cada 10 en algunos países, son mujeres.
El papel de la mujer, sin embargo, frecuentemente ha estado mermado por las brechas de género que, además, han contribuido a un subregistro en las estadísticas disponibles: de acuerdo con cifras de 2021 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), por ejemplo, el promedio de mujeres ocupadas en agricultura en México es del 10%, ya que su trabajo en el campo con frecuencia no es remunerado.
Adicionalmente, por diversas circunstancias socioculturales se sabe poco de los trabajos de las mujeres dentro de la agricultura, aunque la gama es muy amplia: agricultoras, jefas de campo o capataces, asesoras técnicas, agrónomas, entre otros importantes roles, como el de responsable de punto de maquinaria.
Inés Hernández Roque es una productora de San Martín Tilcajete, en el estado mexicano de Oaxaca. Además de trabajar la tierra, la señora Inés resguarda y monitorea la maquinaria especializada en agricultura de conservación que a través de la iniciativa Cultivos para México —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se ha dispuesto para apoyar a los agricultores de la zona.
“En este punto de maquinaria tenemos desgranadoras de motor, matracas —un tipo de sembradora manual que también sirve para fertilizar—, sembradoras de tiro animal y una sembradora neumática. La maquinaria llegó aquí por medio del CIMMYT. Ha funcionado bien porque varias personas vienen a pedir las máquinas. Los que tienen más terreno, una o dos hectáreas, se llevan la sembradora neumática, pero aquí sobre todo se usa sembradora de tiro animal, los que tienen su yunta, su caballo…”, comenta la señora Inés.
“Uno de los grandes problemas en los sistemas productivos de Oaxaca es la falta de mano de obra y la avanzada edad de la mayoría de los agricultores. En el punto de maquinaria de los Valles Centrales, donde está la señora Inés, se cuentan con herramientas que pueden facilitar de manera significativa los trabajos en campo, siendo las sembradoras de tiro animal una de las mejores alternativas para los productores de pequeña escala”, precisa Yashim Victoria Reyes Castañón.
Yashim colabora con el Hub Pacífico Sur del CIMMYT para brindar acompañamiento técnico a productores de diversas localidades de los Valles Centrales de Oaxaca. Desde su experiencia, “el uso de la yunta de bueyes ha disminuido de manera significativa, pero al contar con diferentes opciones de tamaño y peso en las sembradoras de tiro animal se reactiva el uso de yuntas, el uso de animales de tiro como el caballo, mula, burro”.
“Todas las máquinas son útiles, a unos les sirven unas a otros otras. Además, la ingeniera Yashim y sus compañeros del CIMMYT nos vienen a dar asesoría, capacitación más que nada de cómo se manejan. Nos ayudan con el conocimiento para hacerlas trabajar y trabajar con ellas”, menciona la señora Inés, quien explica que no se cobra por el préstamo de la maquinaria, pero los usuarios aportan una cuota de recuperación para cubrir el mantenimiento de las máquinas.
La participación de la señora Inés ha sido fundamental para la operación del punto de maquinaria de Valles Centrales y su esfuerzo es reconocido en San Martín Tilcajete, donde se le identifica por ser una mujer entusiasta que contribuye con su trabajo diario a la adopción innovaciones agrícolas que, mediante el punto de maquinaria, hoy benefician a alrededor de 40 agricultores de la localidad y alrededores.