En la comunidad de Lentago, Belén Gualcho Ocotepeque, se están tejiendo los cimientos de una transformación agrícola significativa. Las recientes actividades de seguimiento al módulo de innovación agrícola instalado en esa localidad es un ejemplo de los pasos firmes con que se avanza hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles y resilientes en Honduras a través de la iniciativa AgriLAC Resiliente.
“Uno de los principales problemas que se ha identificado a través del diagnóstico de parcela y la participación de varios productores de tres zonas (Lentago, El Aguacatillo y La Mohaga) es el tema de la fertilización“, menciona Jesús Erardo Díaz Gómez, técnico involucrado en el proyecto y quien le ha brindado acompañamiento técnico al señor Elmer Valeriano para instalar en su parcela el módulo donde actualmente se implementan prácticas sustentables y se comparan con las prácticas convencionales locales.
La práctica convencional en la zona es fertilizar a los 15 o 22 días después de la siembra, “a través del módulo de innovación se busca la optimización de esta práctica evaluando la fertilización al momento de la siembra para asegurar la disponibilidad adecuada de nutrientes para la planta de maíz”, señala Erardo, quien forma parte del equipo técnico del InnovaHub Occidente de Honduras, el cual articula los esfuerzos de un conjunto de organizaciones y actores locales que impulsan la innovación y la sustentabilidad del campo hondureño en el marco de AgriLAC Resiliente.
La optimización de la fertilización no es el único frente en el que el InnovaHub Occidente está marcando la diferencia. Erardo enfatiza la importancia de repensar el proceso de selección de semillas para las futuras cosechas porque, actualmente, se hace cuando ya se ha sacado el maíz de la parcela, es decir, ya cuando lo “tapizcan” (cosechan) y esto presenta diversas dificultades. “Con el módulo de innovación buscamos iniciar este proceso directamente en campo, seleccionando cuidadosamente las plantas más vigorosas y adaptadas a las necesidades de los productores locales”, explica.
Módulos como el instalado en Lentago son fundamentales para dispersar los conocimientos sobre prácticas más sustentables. En este sentido, la participación del equipo técnico de CIMMYT y ODECO ha sido clave al despejar las dudas de los agricultores y proporcionar orientación sobre manejo agronómico del maíz con prácticas sostenibles.
Por supuesto, el compromiso y la participación activa de productores como el señor Elmer Valeriano son cruciales para el éxito de iniciativas como esta. Elmer, un agricultor proactivo y receptivo a nuevas técnicas, es un ejemplo inspirador de cómo la colaboración entre técnicos y agricultores puede impulsar el cambio hacia prácticas más sustentables y eficientes, como la instalación de un pluviómetro que promete proporcionar datos cruciales para la toma de decisiones informadas en el módulo.
La instalación del pluviómetro, aunque aparentemente simple, abre una ventana de oportunidad para comprender mejor las necesidades hídricas de los cultivos y ajustar las prácticas agrícolas en consecuencia. “Los resultados nos permitirán comparar la cantidad de agua recibida con las demandas de los cultivos, proporcionando una base sólida para la toma de decisiones”, menciona Erardo, destacando el compromiso del señor Elmer en la toma y registro de los datos que emanan del pluviómetro.
El trabajo del InnovaHub Occidente de Honduras no ocurre en un vacío, sino que forma parte de una iniciativa más amplia: AgriLAC Resiliente. Esta iniciativa, impulsada por el CGIAR, busca transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando su resiliencia y competitividad. Los InnovaHubs de Honduras, en colaboración con organizaciones como la Alianza Bioversity-CIAT y CIMMYT, están liderando el camino hacia un futuro agrícola más próspero y sostenible en la región.
En última instancia, el éxito de estas iniciativas depende de la colaboración continua entre todos los actores involucrados: agricultores, técnicos, organizaciones y comunidades locales. Con un enfoque centrado en la innovación y la sustentabilidad, es posible construir sistemas agroalimentarios más resilientes que no solo alimenten a las generaciones presentes, sino que también protejan y restauren la tierra para las futuras.