Texcoco, Edo. Méx.- El cambio climático es un fenómeno real y cada vez es más perceptible. Sin embargo, sus efectos no se reducen a la variabilidad climática en sí misma, sino que trascienden hasta manifestarse en la inhabitabilidad de extensas áreas alrededor del mundo y en la inseguridad alimentaria para millones de personas.
De acuerdo con el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), la precipitación anual ha disminuido en el noreste de México, las aguas subtóxicas (con bajos niveles de oxígeno disuelto) se han expandido frente a las costas mexicanas, donde también se han registrado tormentas más intensas.
Además, en las regiones áridas del norte del país el número de días cálidos ha aumentado y el número de días fríos ha disminuido (lo que afecta a cultivos como el trigo, que requiere un determinado número de horas frío para su adecuado desarrollo). Es decir que, en general, México se vuelve más seco, haciendo que las condiciones climáticas propicias para los incendios forestales también aumenten.
Por supuesto, la agricultura es uno de los sectores que está en el centro del debate global sobre cambio climático por ser responsable de un significativo porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero (alrededor del 24%), pero también por su potencial para mitigar los efectos del cambio climático a través de la adopción amplia de prácticas agrícolas sostenibles.
En este sentido, durante el diálogo Nuevas fronteras de la ciencia: la agricultura de América del Norte, caminando hacia sistemas alimentarios globales más sostenibles, que formó parte del el Diálogo Internacional Norman E. Borlaug, en el marco de la entrega del Premio Mundial de la Alimentación 2021, el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, destacó la importancia de promover prácticas simples, pero significativas y eficaces (como la cobertura de los suelos con residuos agrícolas), en el cuidado de suelos y agua para mitigar los efectos del cambio climático.
“Este programa (MasAgro-Cultivos para México) no solo está orientado a incrementar la productividad en las parcelas de los pequeños productores en situación de pobreza, sino también aborda de manera muy importante el tema de los recursos naturales: cómo podemos hacer un mejor uso del agua y cómo podemos, con prácticas simples, incorporar materia orgánica al suelo y así retener humedad y proveer de nutrientes a los cultivos”, mencionó el Secretario Villalobos sobre las acciones promovidas junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para incrementar la productividad en cultivos estratégicos y, al mismo tiempo, conservar los recursos naturales.
Frente al impacto del cambio climático en la agricultura, la combinación y complementación de prácticas locales más la incorporación de nuevas e innovadoras prácticas de las que nos provee la ciencia es posible abordar el desafío del cambio climático, añadió el titular de Agricultura, enfatizando en que es fundamental “incrementar la productividad para proveer alimentos a la población sin incrementar la superficie agrícola. Tenemos que producir más, en la misma superficie y con menos agua”.
Adicionalmente, con acciones como las promovidas por MasAgro-Cultivos para México es posible propiciar mejores condiciones sociales en América Latina, donde la migración forzada es un reflejo de un complejo contexto sociocultural en el que los sistemas agroalimentarios se han deteriorado, por lo que fomentar su resiliencia y productividad de forma sostenible será clave para un futuro donde el cambio climático amenaza con exacerbar el fenómeno migratorio en todo el mundo.
Cabe mencionar que el Diálogo Internacional Norman E. Borlaug reúne a expertos, líderes políticos, empresarios y agricultores a nivel global para abordar cuestiones clave en materia de seguridad alimentaria y nutrición. Toma su nombre del científico Norman E. Borlaug, uno de los fundadores del CIMMYT quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por sus trabajos de mejoramiento de cultivos que permitieron salvar a millones de personas del hambre y la inanición.