El eje central del taller “Nodos de agricultura climáticamente inteligente” fue dar a conocer la teoría de este concepto —basada en experiencias de USDA, la SAGARPA y el CIMMYT— y trabajar con los asistentes para identificar elementos clave que permitirán su implementación exitosa en territorio mexicano.
Por: Hugo Castellano, consultor de comunicación.
Texcoco, Edo. Méx.- Los efectos del cambio climático son evidentes y configuran una preocupación global. En diversas áreas, en particular la actividad agrícola e —incluso— la pecuaria, estos efectos están demandando esfuerzos en distintos ámbitos públicos y privados, que van desde la concientización hasta la investigación. Uno de ellos, basado en el resultado de la cooperación de los gobiernos de México y de Estados Unidos, ha sido la iniciativa de diseñar estrategias con carácter innovador para no sólo mitigar el impacto, sino generar un marco adaptativo al cambio climático.
Concretamente, en 2016 un taller binacional denominado “Integrando una red de hubs de agricultura para cambio climático en México” abordó la temática y planteó la realización de un trabajo de estudio comparativo entre dos modelos: Climate Hubs, implementado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), y MasAgro, a través de los sistemas de hubs de innovación del CIMMYT. Tras esa iniciativa, y ya en la etapa final de todo el marco investigativo, el pasado viernes 27 de julio tuvo lugar un destacado encuentro intermedio que permitió establecer los elementos necesarios para observar la factibilidad del desarrollo de nodos de agricultura climáticamente inteligente en México.
El eje central del taller “Nodos de agricultura climáticamente inteligente” fue dar a conocer la teoría de este concepto —basada en experiencias de USDA, la SAGARPA y el CIMMYT— y trabajar con los asistentes para identificar elementos clave que permitirán su implementación exitosa en territorio mexicano. El evento fue desarrollado en las instalaciones centrales del CIMMYT, y participaron investigadores, representantes y coordinadores de diversas instituciones como el SIAP, el INIFAP, la Conafor, el Inca Rural, el IICA, la Universidad Autónoma Chapingo, el IMTA, el SNITT, GIZ, el CIMMYT y el BID; y, por parte de la SAGARPA, el licenciado Pedro Priego, director general adjunto de Desarrollo Agrícola, y el licenciado Bernardo Orozco, del área de la Coordinación de Asuntos Internacionales, así como funcionarios de USDA y de la embajada de Estados Unidos en México.
Algunos de los temas principales fueron la presentación de modelos de nodos de conocimiento, como los Climate Hubs implementados por USDA en Estados Unidos y MasAgro; las herramientas de monitoreo de cambio climático; las experiencias de incidencia en política pública en cambio climático en América Latina; los ejemplos de tecnologías climáticamente inteligentes aplicadas en maíz y trigo; y los escenarios de implementación del modelo en México a partir de las propuestas de los asistentes.
La importancia de una respuesta inteligente
Entre los participantes de este encuentro y otros previos, existe consenso sobre lo que representa dar respuestas claras a las demandas productivas actuales en un contexto de tanto riesgo como es el cambio climático. El sector agroalimentario en México requiere información específica y a tiempo, capacitación y evidencia de estrategias y prácticas de mitigación y adaptación para apoyar decisiones. En este contexto, saber si existe una necesidad o no de generar una estrategia de nodos de conocimiento, conocer qué son, para qué sirven, quién los conformaría y cuáles serían las necesidades específicas, resulta relevante. Además, la reunión de estos actores clave del sector permitió hacer visible la situación actual del cambio climático desde las distintas organizaciones y sus iniciativas.
El tema del cambio climático y las iniciativas para mitigar sus impactos superan al agro. La labor de acercamiento e integración a partir de la idea de los nodos involucra a muy diversos actores para generar una verdadera interacción y trabajar sobre las respuestas que se necesitan. Se trata de una verdadera dinámica entre productores, académicos, extensionistas, universidades y organizaciones afines para dar soluciones innovadoras a los desafíos del cambio climático.
La idea es ambiciosa y muy clara, se requieren procesos de innovación relevante y efectiva para abordar problemas ambientales complejos a partir de la promoción y generación de tecnologías y prácticas a escala local, regional y nacional para la acción frente al cambio climático a partir de la incidencia en políticas públicas, el intercambio de conocimiento, la investigación participativa y los procesos locales de innovación.
Fortalecer, construir y sumar
Los participantes del taller reconocen la necesidad de una acción urgente —en todos los niveles y por parte de todos los interesados— para combatir el cambio climático y de crear un marco de implementación que promueva impactos duraderos, abordando las causas de raíz y no sólo los síntomas de estilos de vida insostenibles.
Lo anterior se espera a partir del trabajo conjunto que suma experiencias como la de los Climate Hubs de UDSA, cuyo objetivo es llevar la investigación científica a los productores y lograr que adopten prácticas que sean benéficas para el ecosistema y para ellos mismos.
Por su parte, el CIMMYT presentó su labor histórica general, el concepto y trabajo de MasAgro como modelo que lleva casi ocho años, en el que es importante la productividad, pero también la sustentabilidad, con un trabajo de investigación que abarca productores, técnicos, políticas públicas, programas, nutrición, cuidado de recursos y biodiversidad. También la labor de plataformas de investigación participativa, módulos demostrativos con la interacción de redes de conocimiento e innovación, focalización y escalamiento, y formación y capacitación.