En la India, casi una sexta parte de las reservas de agua subterránea está sobreexplotada y casi una quinta parte se encuentra en estado crítico o semicrítico. Para un país que depende en gran medida de las aguas subterráneas para beber y regar, estas estadísticas son casi una sentencia de muerte.
Sin embargo, la crisis del agua en la India no es única en la región. El crecimiento de la población, unido a la creciente urbanización e industrialización, ha hecho que el sur de Asia, una de las zonas más regadas del planeta, sea muy vulnerable al estrés hídrico. Además, como los efectos del cambio climático se dejan sentir cada vez más en esos países, la producción agrícola, incluso al nivel actual, puede no ser sostenible.
En este contexto, garantizar que los recursos hídricos se utilicen de forma eficiente y sostenible es fundamental para satisfacer la creciente demanda mundial. En las últimas décadas, los sistemas tradicionales de riego han dado paso a sistemas de riego por goteo más eficientes que suministran la cantidad adecuada de agua y nutrientes a la zona de las raíces de las plantas. Pero a medida que la escasez de mano de obra agrícola se agrava, la inversión en sistemas de riego automatizados —que prometen un aumento de las tasas de producción y de la calidad del producto— será la única forma de garantizar la sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola en todo el mundo.
Un nuevo artículo con coautoria de un equipo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y del Instituto Thapar de Ingeniería y Tecnología sintetiza la información disponible relacionada con la automatización de los sistemas de riego por goteo y explora los recientes avances en la ciencia de las redes de sensores inalámbricos (WSN), el internet de las cosas (IoT) y otras tecnologías de comunicación que aumentan la capacidad de producción al tiempo que reducen los costes.
“Agrupar ambos elementos —el riego por goteo y la automatización— en la aplicación del agua puede suponer un gran ahorro en el riego e impulsar la eficiencia hídrica, especialmente en sistemas de alto consumo de agua y basados en cereales como las llanuras indogangéticas”, explica M.L. Jat, científico principal del CIMMYT y uno de los autores del estudio.
Invertir en datos y en la juventud
Las tecnologías de riego inteligente, incluidos los sensores y el IoT, permiten a los agricultores tomar decisiones informadas para mejorar la calidad y la cantidad de sus cultivos, proporcionándoles datos específicos del lugar sobre factores como la humedad del suelo, el estado de los nutrientes, la presión de las malas hierbas o la acidez del suelo.
Sin embargo, esta información sigue limitada a determinados tipos de suelo y cultivos. “Para mejorar los sistemas de riego por goteo en otros lugares, especialmente en las regiones con “estrés hídrico”, necesitamos datos adicionales sobre los antecedentes agrícolas en esas zonas”, señaló Jat. “Esa es la única forma en que podemos adaptar eficazmente las innovaciones a cada escenario, ya que una talla única no sirve para todos”.
También es esencial poner estos datos a disposición de los agricultores y hacerlos legibles. En este sentido, los jóvenes pueden convertirse en muy buenos aliados, ya que suelen tener más conocimientos tecnológicos y están acostumbrados a trabajar con grandes volúmenes de información. “No sólo están más capacitados para integrar los datos agrícolas en la toma de decisiones, sino que también pueden ayudar a los agricultores más veteranos a adoptar y confiar en los sistemas de riego inteligentes”, concluye Jat.
Incentivos contra subvenciones
Con la creciente escasez de agua en todo el mundo, aprovechar al máximo cada gota se convierte en una prioridad urgente. Pero en los países en los que los sistemas de riego por goteo están muy subvencionados, los agricultores pueden tener dificultades para ver esta urgencia. La India, por ejemplo, subvenciona el coste de la energía para bombear el agua para la agricultura, lo que anima a los pequeños agricultores a extraer más de lo que necesitan.
¿Cómo podemos incentivar a los agricultores de estos países para que adopten tecnologías de uso eficiente del agua?
Según Jat, utilizar la “tarjeta científica” puede funcionar con los pequeños agricultores que, tras haber cultivado durante décadas, no cambian de opinión automáticamente. “Estas personas pueden ser reacias a aceptar incentivos para mecanismos de eficiencia hídrica al principio, pero seguramente se interesarán por enfoques más científicos”, explicó Jat, subrayando que “el énfasis debe ponerse en la ciencia, no en la tecnología”.
El diseño de modelos empresariales rentables también puede incentivar a los productores a adoptar mecanismos más eficientes. Los agricultores que han disfrutado de subvenciones para el riego durante décadas pueden no ver ningún beneficio en probar nuevas tecnologías, pero ¿qué pasa si se les da la oportunidad de convertirse en campeones o embajadores de estas innovaciones agrícolas? “Eso aporta una perspectiva totalmente nueva”, afirma Jat.
Además de incentivar a los agricultores, los buenos modelos de negocio también pueden llamar la atención de las grandes empresas, que aportarían inversiones para impulsar la investigación y la innovación en el riego por goteo. “Cada vez más empresas se interesan por la agricultura inteligente y la agricultura de bajas emisiones, y sus aportaciones pueden ayudar a conceptualizar el futuro de este campo”, comentó.