San Marcos, Guatemala.- Sendy Florencio es una productora del municipio de San Lorenzo, San Marcos, y en la actualidad es beneficiaria del Proyecto Buena Milpa a través de la Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (Adipo), por medio de la Escuela de Campo de Desarrollo Integral (Ecadi).
Desde 2017 Adipo, mediante Ecadi, ha trabajado prácticas para la mejora del manejo poscosecha con mujeres productoras, específicamente en el cultivo de maíz.
Por medio de capacitaciones y talleres prácticos, Sendy, al igual que sus compañeras, ha cambiado prácticas de manejo poscosecha, ya que —generalmente— después de cortar y desgranar el maíz, lo colocaban en el tapanco, un lugar elevado que se construye debajo del tejado de una casa y se usa para almacenar el maíz cosechado.
Esta práctica era funcional hace más de una década, pero ahora ya no es recomendable porque el maíz es atacado de forma severa por plagas (roedores y palomillas), lo que afecta la calidad y el almacenamiento del grano, tanto de la reserva para el consumo familiar como de las semillas para la siguiente siembra.
Los resultados de estas capacitaciones han sido positivos porque se ha logrado disminuir la incidencia de plagas en el maíz gracias la implementación adecuada de las prácticas de manejo poscosecha con controles biológicos, aprendidas a través de réplicas realizadas por técnicos del proyecto Buena Milpa en 2017, indicó Rubén Ruíz, representante de Adipo.
En la actualidad, Sendy ha logrado almacenar 14 quintales de maíz en un silo, en el que ha implementado buenas prácticas de secado, selección, limpieza y almacenamiento, lo que le permite conservar en buen estado y durante ocho meses su reserva alimenticia que abastece a los 12 integrantes de su familia. En cambio, sus vecinos deben vender el maíz para no tener pérdidas de cosecha, ya que las plagas son muy severas en la comunidad, lo que pone en riesgo su seguridad alimentaria.
Prácticas en las diversas fases del manejo poscosecha
Comprobación de secado de maíz:
-Sal deshidratada. Se coloca un poco de sal seca y unos granos de maíz en un recipiente de vidrio; después, se agitan, y si la sal queda pegada en el vidrio, quiere decir que el grano conserva cierto porcentaje de humedad, por lo que se debe poner a secar nuevamente. Cuando la sal ya no quede pegada en el vidrio, el grano ya es apto para almacenarlo.
-Rebote de granos en el piso. Se tiran los granos al piso, y si estos rebotan como canicas (tres a cuatro brincos seguidos), están listos para guardarlos.
Limpieza y selección de maíz:
Se hace con la finalidad de eliminar los granos dañados o podridos. Se ventila el maíz para eliminar el tamo (residuo o pelusa que deja el maíz posterior al desgrane), polvo o basura.
Almacenamiento del maíz:
Se utiliza un silo, debajo del cual se deben colocar un par de tablas para que no se oxide y se coloca en una esquina de la casa donde no pegue el sol, ni caiga agua. Luego se llena y, en la parte superior, se le coloca un manojo de ruda o flor de muerto para ahuyentar a los insectos. Las productoras de San Lorenzo prefieren no utilizar pastillas o químicos, sino realizar prácticas más orgánicas.
El manejo poscosecha garantiza la calidad en la alimentación de familias de comunidades de San Lorenzo, San Marcos.
Sendy Florencio agradece a Buena Milpa el apoyo brindado en capacitaciones técnicas, porque ha mejorado sus conocimientos, y los logros son en su beneficio y el de las demás integrantes de Ecadi.