La Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT difundió opciones de mecanización agrícola pertinentes y accesibles entre productores de Campeche, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán que participan en el PPD del FMAM-PNUD en México.
Tractores compactos y sembradoras-fertilizadoras con motor y manuales están entre las opciones para que las prácticas agroecológicas que los productores han adoptado en el marco del PPD sean más eficientes.
Por: Divulgación-CIMMYT, con información de ppd.org.mx.
16 de julio de 2019.
José María Morelos, Q. Roo.- Productores de diversas localidades del sureste de México asistieron a un encuentro regional destinado a ofrecerles opciones de mecanización pertinentes y accesibles. La actividad fue organizada por el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), cuyos responsables invitaron a participar al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) porque comparte la misma visión y realiza —como ellos— trabajo orientado a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que las Naciones Unidas han establecido para combatir la pobreza y el cambio climático.
Provenientes de los municipios de Hopelchén (Campeche), Chacsinkín y Peto (Yucatán), Tenosique (Tabasco) y José María Morelos (Quintana Roo), los productores del PPD —el cual es llevado a la práctica por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS)— implementan prácticas agroecológicas para conservar la biodiversidad, reducir los efectos del cambio climático y evitar la degradación de los suelos en sus localidades. No obstante, al hacerlas de forma completamente manual, las tareas para la preparación y el mantenimiento de sus parcelas representan un desafío, particularmente cuando se trata de terrenos con un relieve irregular.
En este caso, el uso de maquinaria grande resulta inviable no sólo por el elevado costo y la complicada accesibilidad a las parcelas, sino porque al ser zonas cuyo equilibrio ecológico es frágil, los productores buscan reducir el impacto ambiental que causa el uso de combustibles fósiles. Por eso, el CIMMYT —a través de la Unidad de Mecanización Inteligente y el Hub Península de Yucatán, que en la región realizan diversas acciones en el marco del programa Milpa Sustentable en la Península de Yucatán— mostró a los productores opciones de mecanización adecuadas y accesibles que permiten aligerar el trabajo y optimizar los tiempos de operación en el campo, además de que son de bajo impacto ambiental.
El equipo de la Unidad de Mecanización Inteligente, encabezada por Jelle Van Loon, hizo una demostración de motocultores con sembradoras y fertilizadoras incorporadas, motocultor compacto con arado y sembradoras manuales de precisión; todas son opciones versátiles y adaptables a las condiciones locales. Las productoras y los productores probaron cada una de las opciones presentadas. En su opinión, estas representan una alternativa viable y de gran potencial para la región, donde —a pesar de sus beneficios— estas tecnologías diseñadas con especial atención a los aspectos medioambientales, culturales y socioeconómicos, son poco conocidas.
Los asistentes al encuentro —que fue organizado con la colaboración de la Red de Productores de Servicios Ambientales Ya’ax Sot’ Ot’ Yook’ol Kaab A.C. (Repseram)—generaron compromisos para asegurar la apropiación del conocimiento y las innovaciones tecnológicas presentadas. En los próximos días, por ejemplo, se realizarán siembras en diversas localidades de la Península de Yucatán utilizando esta gama de maquinaria inteligente que, además, permite a los productores tener el control sobre su calendario agrícola, ya que en muchas comunidades tienen que pagar a los dueños de los tractores, restándoles utilidades e independencia sobre sus fechas de siembra.
La participación del Hub Península de Yucatán y de la Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT en las acciones emprendidas por el Programa de Pequeñas Donaciones del FMAM-PNUD en México, es el reflejo de un vínculo establecido por causas comunes y de una colaboración que permitirá a los pequeños productores del sureste mexicano avanzar hacia una mecanización agrícola ambiental y socioculturalmente pertinente, que les permita lograr una producción suficiente para el autoconsumo y para la venta o el trueque de excedentes.