La mecanización agrícola es fundamental para lograr que los productores tengan una mejor calidad de vida. No obstante, en América Latina, África subsahariana y el sur de Asia el uso de maquinaria agrícola es minúsculo si se considera la superficie total cultivada. Además, varios de los esfuerzos para mejorar la mecanización en la agricultura de pequeña escala no han sido muy exitosos, entre otros aspectos, porque normalmente no se le ha considerado un proceso que deba ser incluyente, generar capacidades y ser adaptado a las necesidades y particularidades de cada productor.
En este contexto, la iniciativa Cultivos para México —de la Secretaría de Agricultura y desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— ha destacado por impulsar una #MecanizaciónInteligente bajo la premisa de que mecanizar el campo es aplicar procedimientos para optimizarlo de la manera más adecuada y pertinente posible, lo cual puede lograrse incluso con máquinas simples, adecuadas a la escala y a las condiciones de producción, es decir, a la medida de los productores.
En el marco de estos esfuerzos, especialistas en mecanización del CIMMYT han diseñado, adaptado y evaluado máquinas y herramientas más precisas en la aplicación de insumos y eficientes en el consumo de energía, las cuales ofrecen además la oportunidad de disminuir el impacto negativo al medioambiente. Por los buenos resultados que esta estrategia ha tenido en México, actualmente la mecanización inteligente que impulsa el CIMMYT se está llevando a algunos países de África gracias a diversas iniciativas internacionales a las que el CIMMYT se ha sumado como socio de conocimiento.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en África subsahariana dos tercios de la energía utilizada para preparar los suelos de cultivo procede de la fuerza humana, de ahí la importancia de impulsar la innovación agrícola a través de una mecanización más adecuada en la que la experiencia de México será fundamental para guiar procesos de innovación en distintos países de ese continente.
“Cuando hablamos de alianzas para cogenerar soluciones es clave enfocarse en la experiencia y experticia que una diversidad de socios puede aportar para generar soluciones duraderas y sustentables”, señalaba el doctor Bram Govaerts, director general del CIMMYT, en el Foro Africano de la Revolución Verde (AGRF, por sus siglas en inglés) celebrado en 2020, durante el cual el CIMMYT anunciaba algunas de las áreas esenciales para incidir positivamente en el sector agrícola de África, destacando la difusión tanto de la técnica de la nixtamalización como de la mecanización inteligente.
Gracias a esas alianzas estratégicas hoy los aprendizajes adquiridos en México están siendo compartidos en diferentes países de África. En Malaui, por ejemplo, un grupo de especialistas del CIMMYT impartió talleres sobre mecanización inteligente, contribuyendo a los esfuerzos de la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ) que en el continente africano tiene un trabajo de décadas fomentando el crecimiento inclusivo y sostenible.
Malaui, cabe mencionar, es uno de los países más ricos del mundo en cuanto a diversidad geográfica se refiere. Tiene lagos, ríos, bosques, playas, masetas, montañas… Contrastantemente, este país de África se ubica en el lugar 169 de 188 países en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, por lo que se le considera uno los países más pobres y menos desarrollados del mundo.
¿Cómo contribuirá la mecanización adecuada del campo a mejorar las perspectivas de desarrollo en ese país? Si bien la agricultura en Malaui enfrenta diversos desafíos —el acceso a la energía es irregular y hay una alta dependencia del temporal que cada vez es más errático por el cambio climático—, si se logra optimizar el aprovechamiento de los recursos en el campo y lograr una mejor producción entonces se podrán producir alimentos nutritivos y suficientes para población que está creciendo rápidamente y que plantea grandes problemas de seguridad alimentaria.
En la actualidad, el maíz es el cereal básico en Malaui —el cual fue introducido a ese país por los portugueses—, pero también existen otros cultivos de interés económico y nutricional, como la yuca o cassava que presenta muchas ventajas para los pequeños agricultores pues además de su aporte de nutrientes también es resistente al estrés hídrico, sus tiempos de cultivo son flexibles y puede conservarse como alimento de reserva en tiempos de escasez.
La yuca es originaria de las regiones tropicales y subtropicales de América y actualmente es un alimento básico para muchos países africanos debido a su versatilidad y su relativa facilidad de cultivo que la hace prosperar en suelos pobres con poca precipitación.
A pesar de las ventajas del cultivo, el procesamiento de la yuca sigue siendo predominantemente manual, limitando el desarrollo de su cadena de valor. Por esta razón, a través de la mecanización adecuada, se busca ofrecer mejores condiciones para el desarrollo del cultivo, reduciendo la mano de obra requerida, los costos de producción y el tiempo de las labores.
“Este taller de capacitación sobre fabricación de máquinas procesadoras de yuca busca que, con los conocimientos compartidos, y con los materiales y recursos disponibles en Malaui, estas máquinas puedan ser fabricadas localmente y contribuir así a la seguridad alimentaria del país”, comenta el equipo del CIMMYT que viajó a Malaui para, junto con instituciones locales, manufacturar un prototipo para procesar yuca y así acelerar la innovación, incrementar la eficiencia del procesamiento de alimentos y generar impactos positivos en los productores.