Se utiliza el rastrillo en “V” para el manejo de rastrojos y camas de siembra altas para maíz y sorgo en suelos de tipo vertisol.
Por: Arturo Rangel Lucio, técnico MasAgro Guanajuato.
En la zona del Bajío guanajuatense, en el sistema de siembra de riego se trabajan dos ciclos al año. En el primavera-verano (PV) se cultiva sorgo y maíz, principalmente, y se obtiene un rendimiento promedio de entre 8 y 14 toneladas de grano por hectárea; en el ciclo otoño-invierno (OI) se trabaja con trigo y cebada, que por lo general alcanzan rendimientos de entre 4 y 8 t/ha.
La trilla que se realiza en cada ciclo genera residuos de cosecha que oscilan entre 12 y 22 toneladas de rastrojos. Los productores tradicionalmente han considerado a los residuos de cosecha como algo que dificulta las labores de preparación del suelo (en agricultura convencional), y el manejo que les dan son diversos, pues algunos retiran parte del rastrojo en ambos ciclos para poder preparar el suelo. Sin embargo, en MasAgro Guanajuato promovemos la adopción de la Agricultura de Conservación, la cual se ha adaptado muy bien al ciclo PV, pues se siembra sobre el esquilmo; esto no ha sucedido en el ciclo OI, ya que los productores deciden mover el suelo.
Con un buen manejo de rastrojos en ambos ciclos es posible dejar 100% sobre la superficie e ir mejorando la estructura del suelo y la materia orgánica a mediano o largo plazo. Pero, para que se deje el total de los esquilmos como cobertura, es indispensable un buen manejo, que inicia desde la trilla, donde una buena distribución del rastrojo nos va a permitir establecer el siguiente cultivo de manera satisfactoria.
Dependiendo de la unidad de producción con la que se trabaje, se puede dejar todo el esquilmo, o, si existe demanda de rastrojo para ganado, dejar mínimo 30% de este como parte fundamental para poder trabajar la Agricultura de Conservación. No existen recetas para determinar cuánto rastrojo dejar; sin embargo, la distribución si es indispensable.
Para establecer el manejo de rastrojos en el ciclo PV, se pueden usar herramientas que ayudan a realizar un manejo adecuado. El rastrillo en “V” es una de las herramientas que nos ayudarán a hacer un buen manejo de rastrojos de cebada y trigo, ya que va a juntar la mayoría de estos en la parte central de la cama de siembra y facilitará la siembra de maíz y sorgo, disminuyendo los problemas de establecimiento del cultivo. Esta labor de manejo de rastrojo permite también realizar un buen reformado de camas de siembra o surcos para facilitar el buen riego o drenaje de la parcela, lo que beneficia al desarrollo del cultivo.
En el Bajío los suelos son de tipo vertisol y están conformados por arcillas pesadas con una mezcla considerable de arcillas expandibles; tienen una alta retención de humedad, por lo que realizar un buen reformado de camas de siembra es fundamental en la Agricultura de Conservación en este tipo de suelo. Las camas de siembra altas nos van a permitir que la planta sufra menos estrés por exceso de humedad en el suelo; además, en temporada de lluvias facilita el drenaje de la parcela.
La Agricultura de Conservación es una tecnología sostenible que comprende diversas prácticas agrícolas que se adaptan a cada región, como la mínima labranza, el uso del rastrojo como cobertura para el suelo y la rotación de cultivos.