El pasado 19 de febrero de 2018 se presentó en el Brown Bag Seminar el estudio realizado por El Colegio de México a petición de la Secretaría de Economía (SE) y motivado por contar con un mejor entendimiento del funcionamiento de la cadena productiva maíz-harina/nixtamal-tortilla y de los mercados relacionados con la misma. Este estudio representa una aplicación de la metodología contenida en el documento “Exámenes de mercado en México: un manual del Secretariado de la OCDE”, conforme al programa de trabajo de la propia Secretaría para contribuir al funcionamiento eficiente de los mercados, en beneficio de las empresas y de los consumidores.
El estudio contextualiza que en México los alimentos más importantes, debido a su consumo, son la tortilla de maíz y otros alimentos elaborados a partir de él. La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (al tercer trimestre de 2014) indica que, en promedio, las familias mexicanas consumen 633 gramos diarios de tortilla, que suponiendo familias de 3.7 miembros promedio, resulta en un consumo per cápita diario de 181 gramos (6.1 tortillas de tamaño regular), es decir 66.1 kilogramos por persona al año. Actualmente, el gasto en tortilla representa el 6.78% del gasto en alimentos, según la canasta de bienes del Índice Nacional de Precios al Consumidor. Aparte de su importancia en el consumo, la cadena productiva maíz-harina-masa-tortilla es un importante generador de empleos y de riqueza en la economía mexicana. El estudio propone y analiza los distintos mercados que componen la cadena de valor en función de su estructura, barreras a la entrada, relaciones comerciales entre los distintos eslabones y desempeño.
Los resultados de este estudio pretenden estimular la aplicación de nuevas políticas públicas, la mejora de las existentes o las modificaciones al marco regulatorio que aumenten la eficiencia y mejoren el desempeño de la cadena de valor. Para la realización del estudio se entrevistó a diversos agentes clave en la cadena, incluyendo representantes de las empresas productoras de insumos para la producción de maíz, productoresprimarios, representantes de empresas intermediarias en el mercado de granos, empresas harineras e industriales de la masa y la tortilla. Además, se sostuvieron reuniones de trabajo con organizaciones sin fines de lucro de apoyo a la agricultura, así como con órganos desconcentrados de la Administración Pública Federal con atribuciones en los mercados analizados, entre otros.
El estudio enfatiza que un problema fundamental en la agricultura es su baja productividad y su disparidad. Durante el desarrollo de la investigación se constató la existencia de alternativas para la elevación de la productividad, particularmente para los agricultores de las zonas de bajo rendimiento, a través del uso de semilla mejorada proveniente de productores alternativos a las trasnacionales, así como la aplicación de técnicas de agricultura de conservación. Estas alternativas vienen acompañadas de soluciones tecnológicas de bajo costo para el arado y cuidado de la cosecha, así como para el almacenamiento. El estudio reconoce que estas medidas y alternativas han sido adoptadas en el marco del programa MasAgro, operado por la SAGARPA en colaboración con el CIMMYT.
MasAgro es presentado como un ejemplo de la experimentación con redes o nodos de innovación, que sirven —según señalan los autores— “para presentar las situaciones de manera visual a fin de eliminar las barreras a la comunicación, lo cual permite a MasAgro y a los agricultores combinar lo viejo y lo nuevo para generar prácticas nuevas y mejoradas que los agricultores y las comunidades locales pueden utilizar”. Con este modelo de experimentación e intervención se reduce la disparidad entre productores de maíz.
En términos generales, el éxito de este programa se basa en el acompañamiento del productor para su asesoramiento, la difusión de los beneficios de las mejores prácticas agrícolas, la transferencia de conocimiento y tecnología desarrollada en los laboratorios del CIMMYT y por la red de plataformas de investigación MasAgro, el otorgamiento de semilla mejorada para su reproducción y comercialización por semilleros locales y la generación de áreas de impacto que cada ciclo son incorporadas a la red de innovación del programa.
El estudio reconoce que es importante analizar y fomentar, en su caso, la incorporación de nuevas tecnologías de la información, combinadas con el uso de drones y otro tipo de equipo, que permiten mayor eficiencia en el uso del agua y de fertilizantes. MasAgro tiene ya experiencia en el uso de recursos tecnológicos y sistemas de datos para promover el escalamiento agrícola, con herramientas como la Bitácora Electrónica MasAgro, la plataforma Conservation Earth y la aplicación GeoODK que permiten una administración sistemática de los datos generados en campo y que, gracias al acompañamiento técnico, derivan en mayores beneficios para el productor y su entorno.
Una alternativa, acorde con la experiencia de organismos como el CIMMYT, es desarrollar infraestructura de almacenamiento, utilizable a nivel doméstico, que permita al agricultor resguardar su producto. En este sentido, la experiencia del CIMMYT y MasAgro para la transferencia de tecnologías poscosecha es fundamental, sobre todo por el impacto que tienen en pequeños productores de autoconsumo cuya seguridad alimentaria se fortalece mediante el acompañamiento técnico en tecnologías poscosecha. Los costos de este tipo de alternativas son bajos y podrían ser sufragados mediante programas públicos de manera masiva. MasAgro tiene ya una base tecnológica y operativa que permite desarrollar acciones eficaces que atiendan las necesidades de las diversas regiones agroecológicas del país en este tema.
La misión y los logros de MasAgro han transformado la conciencia de los propios productores, extensionistas y técnicos que se han convencido de los progresos logrados mediante cifras validadas y supervisadas por instituciones de incuestionable prestigio en el sector agroalimentario mexicano como la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), pues muestran que el programa ha logrado aumentar los ingresos de los productores de trigo en 16%, respecto al obtenido de parcelas testigo; y en maíz se consiguió rendimientos superiores hasta en 94% en comparación con el promedio regional en temporal (Fuente: http://www.sagarpa.gob.mx/Delegaciones/zacatecas/boletines/Paginas/2017B223M.aspx).
Tras más de ocho años de labor ininterrumpida, MasAgro consolida su éxito con logros tangibles, pero —al mismo tiempo— con objetivos clave que demanda el mundo de hoy, como contribuir de manera concreta a alcanzar altos estándares de seguridad alimentaria.
Los reconocimientos a escala internacional marcan, sin lugar a duda, los impactos positivos y necesarios en el presente y a futuro de un programa que, además de los números y las proyecciones, se centra en acompañar a los productores, ayudarlos y lograr, en un esfuerzo que involucra acciones conjuntas, una agricultura verdaderamente sustentable que ayude a cubrir la demanda alimentaria de México y el mundo.