El Batán, Texcoco, Estado de México.- Howarth Bouis, director de HarvestPlus, es uno de los cuatro ganadores del Premio Mundial de la Alimentación 2016 (WFP, por sus siglas en inglés), que se le concede por liderar la investigación internacional que causó un incremento sustancial en la disponibilidad de cultivos biofortificados con nutrientes para millones de personas de bajos recursos.
Bouis fue reconocido de manera específica por encabezar el trabajo pionero que estableció un enfoque multiinstitucional a la biofortificación como estrategia de fitomejoramiento mundial, según dijeron los organizadores del Premio Mundial de la Alimentación en un comunicado publicado el martes pasado. HarvestPlus, un programa interdisciplinario y colaborativo, fue puesto en marcha en 2003 y ahora forma parte del programa Agricultura para la Nutrición y la Salud, coordinado por el consorcio de investigadores agrícolas del CGIAR.
Bouis, que trabaja en el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) del CGIAR, ha dirigido iniciativas gracias a las cuales se han liberado o ensayado, en más de 40 países, cultivos como frijol, arroz, trigo y mijo perla enriquecidos con hierro y zinc, así como yuca, maíz y camote naranja enriquecidos con vitamina A.
Los otros tres galardonados, María Andrade, Robert Mwanga y Jan Low, del Centro Internacional de la Papa (CIP) del CGIAR, reciben el Premio en reconocimiento a su trabajo, gracias al cual se generó el camote de pulpa naranja biofortificado. Andrade y Mwanga, científicos de las plantas en Mozambique y Uganda, mejoraron la papa biofortificada con vitamina A utilizando material genético del CIP y otras fuentes, en tanto que Low estructuró estudios y programas de nutrición que llevaron a casi 2 millones de familias en 10 países africanos distintos a sembrar, comprar y consumir este tubérculo biofortificado.
Dados los esfuerzos combinados de los cuatro receptores del Premio Mundial de la Alimentación, más de 10 millones de personas están ahora obteniendo beneficios nutricionales de los cultivos biofortificados, y existe el potencial de beneficiar a varios cientos de millones de personas más en las próximas décadas.
Los mejoradores de maíz y trigo del CIMMYT combaten la deficiencia de micronutrientes, o “hambre oculta”, a través de HarvestPlus con el fin de mejorar la nutrición en las comunidades pobres donde no hay otras opciones nutritivas o, si las hay, son limitadas o demasiado caras. La deficiencia de micronutrientes se caracteriza por causar anemia por deficiencia de hierro, así como deficiencia de vitamina A y de zinc.
Los científicos que trabajan con HarvestPlus generaron maíz naranja enriquecido con vitamina A. El maíz naranja fue desarrollado de manera convencional y proporciona altos niveles de carotenoides de provitamina A, una pigmentación natural de las plantas que está presente en frutas y verduras (mango, zanahoria, calabaza, camote, verduras de hoja oscura y carne) y que el cuerpo transforma en vitamina A.
Los mejoradores de maíz están trabajando en generar variedades que tienen 50% más provitamina A que las primeras variedades que fueron liberadas y comercializadas. En Zambia, Zimbawe y Malawi se liberaron 12 variedades que son agronómicamente competitivas y que tienen cerca de 8 ppm de provitamina A. También están generando variedades de maíz biofortificadas con zinc, los cuales podrían ser liberados en 2017.
Científicos del CIMMYT han obtenido este prestigioso premio. Evangelina Villegas y Surinder Vasal lo recibieron en 2000 por haber generado maíz con calidad proteínica con un balance adecuado de aminoácidos utilizando técnicas de la biofortificación. De esta forma, ofrecieron opciones nutritivas a las personas en cuya dieta predomina el grano de maíz y que no cuentan con otras fuentes adecuadas de proteína. El mejorador de trigo Sanjaya Rajaram obtuvo el premio en 2014 por haber generado 480 variedades de trigo que aumentaron los rendimientos a escala mundial y que alimentan a más de mil millones de personas al año.