Caracterizado por atacar principalmente el cultivo de sorgo, el pulgón amarillo (PAS, Melanaphis sacchari) afecta el desarrollo y rendimiento del cultivo. Por eso, el estudio de esta plaga es de gran interés para los productores y técnicos, ya que en México se ha presentado en diferentes regiones como Tamaulipas, Nuevo León, San Luis Potosí, Nayarit, Jalisco, Michoacán y Guanajuato.
La sesión del 5 de julio del curso de Manejo Agroecológico de Plagas (MAP II) se enfocó en este tema. Tuvo la asistencia de actores locales de producción de granos básicos, como la Junta de Sanidad Vegetal Generalísimo Morelos, entre otros, y fue impartido por especialistas de gran desarrollo profesional.
La M. en C. Rebeca Peña, maestra emérita del IPN, impartió el tema de “Los áfidos en México”, y mencionó cuán imprescindible es tener conocimiento de la biología y la ecología del insecto, ya que existen 330 especies reportadas a la fecha en nuestro país, de las cuales 53 son de importancia agrícola y el resto son forestales y arvenses.
La identificación de los insectos es complicada porque son muy pequeños y tienen hábitos alimenticios basados en la succión de líquidos azucarados o savia de la planta con altos contenidos nitrogenados donde se intercambian fluidos de acuerdo a la especie; por ende, la capacidad de transmitir virus de baja y alta persistencia es común, al secretar mielecilla que genera daños indirectos, propiciando el desarrollo del hongo saprófito denominado fumaginas del género Capnodium, que impide la producción de fotosíntesis. De igual manera, el PAS presenta ciclos de vida muy complejos al reproducirse sexual y asexualmente (partenogénesis); si su reproducción es vivípara es anholocíclico; en tanto que si se presenta alternancia sexual y asexual, donde la hembra ovípara y el macho buscan la manera de mantener la descendencia por climas extremos, se conoce como holocíclico; cuando toda la población cambia a formas sexuales o parcialmente sexuales, es holocíclico monoécico.
El biólogo Antonio Marín Jarillo, experto en taxonomía de insectos, explicó cómo precisamente los enemigos naturales que hacen control biológico natural del PAS son los coccinélidos, comúnmente conocidos como mariquitas. Además, mostró ejemplos del trampeo en Guanajuato con charolas de agua jabonosa, que permitió realizar monitoreos para determinar las fluctuaciones. Estas trampas fueron establecidas en cultivos híbridos de sorgo con cierta tolerancia a la plaga. En los resultados se observan curvas muy similares del aumento de la plaga y del aumento de los depredadores, los coccinélidos con mayor presencia fueron Harmonia axyridis, Cycloneda sanguinea y en su gran mayoría Hippodamia convergens. La coloración de las trampas fue un resultado fundamental, ya que el color amarillo es atractivo para los áfidos.
Posteriormente, el doctor Fernando Tamayo, del SDAyR de Guanajuato, en conjunto con técnicos de MasAgro Guanajuato y centros de educación como el Tecnológico de Roque, Salvatierra, Universidad La Salle, entre otras, realizaron investigaciones a través del monitoreo e identificación del PAS y de enemigos naturales, el reporte final demuestra que no hay una disminución de colonias de algunos depredadores como la Chrysoperla carnea en territorio guanajuatense.
Por último, el doctor J. Refugio Lomelí Flores, del Colpos, indicó la importancia del control biológico, la regulación de plagas, e hizo hincapié en el insecto blanco para conocer la especificidad, capacidad reproductiva, de búsqueda, adaptabilidad, densidad de dependencia, sincronización, sobrevivencia y manejo de organismos benéficos, como el inducido.
El control biológico por conservación aprovecha la presencia de enemigos naturales nativos, preservándolos mediante herramientas de biodiversidad de especies vegetales que los puedan hospedar y les ofrezcan néctar para su alimentación. Concluyó que entre los errores comunes están el monocultivo, porque no permite la diversificación, y el uso indiscriminado de agrotóxicos de amplio espectro.