“En 2020 el grupo de Productores de Maíz Criollo Kantunil, del municipio del mismo nombre en Yucatán, México, solicitó muestras de ocho accesiones —lotes de semillas que se recogieron en un lugar determinado y en un momento específico— de maíz al Banco de Germoplasma que resguarda el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Texcoco, Estado de México”, comenta Edgar Martín Miranda Gamboa, colaborador del Hub Península de Yucatán del CIMMYT y representante del grupo de productores en mención.
“La razón por la que los agricultures de Kantunil solicitaron muestras de esas semillas fue porque se trataba de dos colectas originarias de su municipio, recolectadas ahí hace más de 80 años y la idea era ver nuevamente esas variedades creciendo en sus localidades de origen. Las 250 semillas de cada accesión enviadas por el Banco de Germoplasma del CIMMYT fueron cultivadas en el ciclo primavera-verano 2020 en el sistema milpa tradicional, con la finalidad de evaluar su adaptación y reproducirlas. El resultado de la labor de reproducción se complementó con el Primer Intercambio Cultural y de Semillas Criollas entre los municipios de Dzitás y Kantunil”.
Este relato de Edgar Miranda ejemplifica la importancia de la colección de maíz que se resguarda en el Banco de Germoplasma del CIMMYT, donde se cuenta con 28 mil colecciones únicas de semillas de maíz y más de 150 mil de trigo. La colección de maíz, la más grande e importante del mundo, de hecho, está celebrando 80 años de haber iniciado.
“A 80 años de que se inició la colección la misión del Banco de Germoplasma del CIMMYT es ofrecer accesiones de maíz y trigo con información confiable, con semilla de calidad, sana y viable en términos de germinación para su uso y para mantener a perpetuidad las colecciones vivas y viables para todos”, comenta Cristian Zavala, coordinador del Banco de Germoplasma del CIMMYT.
Con respecto a la biodiversidad que se resguarda y se estudia en el Banco de Germoplasma, Cristian menciona que las variedades nativas son particularmente importantes porque estas “fueron seleccionadas desde hace más de 10 mil años, entonces ellas han pasado por diferentes cambios climáticos, cambios sociales e incluso han sido adaptadas a los diferentes retos que se les han impuesto por la actividad social, en donde las presiones por insectos, por hongos, por virus o por bacterias han sido una constante para estas variedades y las han superado todas hasta la fecha”.
Con la riqueza biológica de los maíces nativos “el banco tiene potencialmente las soluciones para enfrentar los retos del futuro: las variedades nativas. Si la respuesta esta ahí adentro, aún no lo sabemos, porque todavía no la necesitamos, pero cuando la necesitemos vamos a tener que venir a buscar dentro de este repositorio de genes para encontrar las respuestas a estos nuevos retos que nos va presentar tanto el cabio climático como todos los movimientos sociales que están ocurriendo”, enfatiza Cristian.