Magdalena Apasco, Oax.- Cuando terminó la secundaria, hace 20 años, Hugo Miguel Santiago ya no quiso estudiar y buscó trabajo. Las opciones en la zona eran en el taller de cantera que abunda en Magdalena Etla, donde vive, en el aserradero o como chalán de albañil.
Después de unos años se decidió a estudiar en un bachillerato donde egresó como técnico agropecuario y tras volver de una estancia laboral en Estados Unidos, comprendió que “el campo es el mejor trabajo porque produces tu propia comida”.
En tres hectáreas de parcela de su papá, Celso Miguel Cruz, retomó la siembra de maíces nativos, criollos como les dicen, sin riego, solo con el agua que trae el temporal.
Hace cinco años Hugo aceptó la guía de Carlos Barragán García —colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Oaxaca— y, con apoyo de la Walmart Foundation a través de su proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, estableció una parcela de evaluación de maíces pigmentados.
Que Hugo sembrará varios tipos de maíz facilitó su participación en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT. “Él siempre ha tenido mucha diversidad de maíces, lo cual es poco común en la mayoría de los productores de la zona porque optan casi siempre por sembrar maíces blancos; sin embargo, por la búsqueda de alimentos saludables derivada de diversos problemas de salud que estamos atravesando como sociedad mexicana, ha habido un auge muy importante de los maíces de colores, pigmentados, ya que tienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas”, indica Carlos Barragán.
La parcela de evaluación de Hugo contempla maíces que se dedicarán a la industria de la tortilla para mejorar la salud del consumidor, lo que incluye sumar una variedad nativa mejorada para potenciar las características de la planta y su rendimiento.
Así como crecen mazorcas con maíz blanco o negro, las hay pigmentadas con ambos colores que se vuelven más atractivas en un mercado en el que su demanda de consumo aumenta.
En la parcela de Hugo los surcos se intercalaron organizadamente para probar el rendimiento de un maíz nativo blanco con un maíz negro mejorado y otro nativo negro “que ya teníamos”.
Las tres variedades tienen las mismas condiciones y el de color negro “ya casi lo habíamos perdido porque poca gente lo busca”, lo que hizo dejar de sembrar porque “cuando había nadie lo quería”, pero el aumento de su demanda hizo retomar su cultivo.
“Económicamente están teniendo un realce los maíces de colores, pero nosotros los consumimos desde hace mucho tiempo. A lo mejor normalmente preferimos consumir otro alimento procesado, pero si consumimos estos maíces de forma cotidiana como lo hacemos nosotros, aparte de que nutre, ayuda a la salud”, concluye el productor.