Maíz para Colombia (MpCol), una iniciativa en construcción —con un proceso liderado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el CIAT—, busca construir una visión hacia 2030 que aumente y haga más competitiva la producción nacional de maíz, para desarrollar estrategias que respondan a una demanda creciente.
Por: Andrea Carvajal.
30 de agosto de 2018.
Palmira, Colombia.- El jueves 30 de agosto se llevó a cabo el taller de escenarios “Maíz para Colombia: Visión 2030” en la sede principal del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en Palmira, Colombia. El evento, al que acudieron 60 participantes, busca contribuir a la construcción de un futuro mejor para el sector maicero colombiano hacia 2030.
Este diverso grupo de representantes de asociaciones de productores; centros nacionales de investigación; universidades; empresas productoras de alimentos balanceados; e industrias dedicadas a la producción de carne de pollo, cerdo y ganado vacuno, entre otros actores claves del sector público y privado directamente relacionados con la producción y el aprovechamiento del maíz en Colombia, se reunió para enriquecer y validar Maíz para Colombia (MpCol), una iniciativa en coconstrucción —con un proceso liderado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el CIAT—, que busca construir una visión hacia 2030 que aumente y haga más competitiva la producción nacional de maíz, para desarrollar estrategias que respondan a una demanda creciente.
Esta tarea ha contado con tres preguntas guía a las que poco a poco se ha ido respondiendo:
¿Cuál es la situación actual del cultivo del maíz en Colombia?
En Colombia el maíz se siembra en cerca de 451,000 hectáreas, la tercera parte de ellas con variedades mejoradas, con un rendimiento promedio en maíz tecnificado de 5.4 t/ha; mientras que en maíz tradicional es de 2 t/ha. La producción total actual llega a 1,643,908 toneladas, en su mayoría de maíz amarillo, que es utilizado en la industria de alimentos balanceados, insumo clave para el sector pecuario. Esto convierte a Colombia en el mayor importador en Sudamérica, con cerca de 4.6 millones de toneladas sólo en 2016, lo que implica un costo económico superior a los $1,000 millones de dólares para el país.¿Cuáles son los escenarios probables de producción hacia 2030 si no se toman decisiones oportunas?
Es aquí donde el CIAT está poniendo al servicio del futuro del maíz toda la capacidad de su equipo de investigadores especializados en modelación de agricultura y clima y en manejo de herramientas como big data y minería de datos para conocer la proyección del cultivo de maíz en 2030 si se continua con la misma tendencia de los últimos años. Hasta ahora, dichos escenarios indican que dentro de 12 años los rendimientos se verán muy afectados debido a los efectos del cambio climático. Situación que acentuará la brecha de rendimiento y generará pérdidas millonarias a los productores.
¿Cuáles son las estrategias que llevarán a un escenario deseable? ¿Qué acciones se deben definir para cerrar la brecha entre demanda y producción?
En este punto es donde el taller de escenarios centró su discusión, alrededor de seis temas estratégicos que se consideran los motores de cambio para desarrollar y planear un escenario objetivo del maíz en 2030: semillas y mejoramiento; poscosecha, procesamiento y nutrición; cambio climático; capacitación y extensión; mercados y comercio internacional; y posconflicto, infraestructura y desarrollo rural.
Otro pilar para la formulación de la iniciativa MpCol es el panel de expertos, conformado por representantes del sector público y privado, quienes lideraron y moderaron las seis mesas de trabajo en las que se distribuyeron los 60 participantes, las cuales correspondieron a los motores de cambio que incluyen los temas de semillas y mejoramiento; poscosecha, vinculación a mercados y nutrición humana; cambio climático; extensión y capacitación; mercados y comercio internacional; y posconflicto, infraestructura y desarrollo rural.
Luego de casi tres horas de trabajo llenas de sana controversia, los resultados son un buen alimento para la formulación de la iniciativa Maíz para Colombia. Esto debido a que incluyen metas como las siguientes: para 2030 todo productor en el sistema tecnificado deberá sembrar semilla de maíz híbrido; la población urbana y rural deberá conocer más acerca de los beneficios de la biofortificación, en especial de las variedades con alto contenido de zinc, como BioMZn01, recientemente liberada en Colombia; la realización de un diagnóstico climático detallado previo para definir estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático a la medida de las distintas zonas productoras; conocer y aprovechar la Ley 1876 del Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria, sancionada a finales de 2017; crear un mercado local de maíz sostenible para las partes involucradas en la cadena de valor; y, por último, hacer del maíz un cultivo para garantizar la seguridad alimentaria y la generación de ingresos.
Estos resultados permitirán definir acciones concretas que se presentarán oportunamente a la cadena de valor nacional de maíz, con miras a diseñar y poner en marcha programas que promuevan la intensificación sustentable de la producción de este cereal para lograr rendimientos más altos y estables, así como mayores ingresos netos para los productores.