Los recursos de la Madre Tierra —término que hace referencia a la interdependencia existente entre todos los seres vivos (incluyendo a los seres humanos) y el planeta— se están agotando rápidamente por diversas acciones del hombre. La agricultura sustentable es una alternativa que aporta mucho para reestablecer el equilibrio natural que cada vez parece más lejano.
La agricultura ocupa el 36.8% de la superficie en el mundo (Banco Mundial, 2021) y se estima que, debido a prácticas inadecuadas, en la región de América Latina y el Caribe produce 26.7% de los gases de efecto invernadero que favorecen el cambio climático (Cepal, 2020). Sus efectos en el medioambiente incluyen la contaminación del agua, aire y suelo del planeta, por lo que es urgente transitar hacia una agricultura más sustentable que permita restaurar la Tierra.
Los rastrojos, que son los residuos agrícolas que normalmente se usan como forraje o se queman para “limpiar” la zona de cultivo, podrían convertirse en el catalizador de acciones en favor de la Madre Tierra, y es que dejar el suelo desnudo no es una buena idea y el CIMMYT explica por qué.
Con casi seis décadas de investigación científica, el CIMMYT ha estudiado las prácticas más adecuadas para la conservación de los recursos. Desde 1992 ha investigado el efecto de las quemas agrícolas, documentando ampliamente los beneficios de dejar el rastrojo sobre el suelo: ayuda a conservar la humedad, protege de la erosión, mejora la estructura del suelo e incrementa la cantidad de materia orgánica, entre muchos otros beneficios.
¿Cómo puede el rastrojo, considerado muchas veces basura, ayudar a cuidar a la Madre Tierra? Para iniciar, al aprovecharlo para nutrir el suelo se evita que su combustión genere CO2 —uno de los principales gases de efecto invernadero— y otros gases contaminantes, pero también se evita que el suelo pierda importantes funciones ambientales, como equilibrar el clima, repartir las lluvias y capturar CO2. Además, el manejo de los rastrojos y la mínima labranza mejoran la calidad del suelo y requieren un menor número de pasos de maquinaria, lo que redunda en menos emisiones de gases contaminantes.
Con la participación de gobiernos, empresas, universidades y sociedad civil, el CIMMYT ha impulsado campañas en diversos puntos del país para evitar las quemas agrícolas y fomentar el aprovechamiento del rastrojo.
Dejar el rastrojo sobre el suelo ha permitido que muchos agricultores mejoren su producción, restauren la funcionalidad de sus suelos y optimicen su consumo de agua. Los beneficios de esta pequeña acción, sin embargo, pueden ser potencializados cuando se combinan con otras prácticas sustentables o cuando se integran a sistemas de producción como la agricultura de conservación, que además de la cobertura del suelo tiene a la diversificación de cultivos y la mínima labranza como componentes básicos.
Este Día de la Madre Tierra te invitamos a conocer historias sobre cómo estos infravalorados residuos agrícolas pueden hacer la diferencia en un mundo más cálido y seco. CIMMYT, a través de iniciativas como AgriLAC Resiliente y Excelencia en Agronomía —entre otros proyectos innovadores con distintos colaboradores—, promueve el aprovechamiento de los rastrojos por ser una de las prácticas con sólida evidencia científica para mejorar la salud de los suelos:
El Niño, la sequía y el rastrojo: El fenómeno de El Niño se está presentando en México y Centroamérica con sequías severas. Prácticas de agricultura de conservación, como la cobertura del suelo con rastrojo, ofrecen una vía para que los agricultores de la región no pierdan sus cultivos.
El rastrojo hace la diferencia: Conservar los rastrojos sobre la superficie de las parcelas aporta muchos beneficios, y por eso esta práctica es uno de los componentes básicos de la agricultura de conservación.
La importancia del rastrojo en tu parcela: Ante el aumento del costo de fertilizantes el aprovechamiento del rastrojo como cobertura del suelo permite reducir la dependencia de la fertilización inorgánica.
Riego eficiente, fundamental para no sobreexplotar acuíferos: En las zonas áridas y semiáridas de México el agua subterránea es clave para la agricultura. A través del proyecto Aguas Firmes se promueve la optimización de los sistemas de riego y el tránsito a sistemas de producción sustentables para cuidar este valioso recurso.
Soluciones ambientales desde la agricultura: Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el CIMMYT que está impactando positivamente en la producción de trigo del Bajío mexicano mediante prácticas que suman al cuidado del medioambiente.
Ante la baja disponibilidad de agua optan por cultivar con agricultura de conservación: Técnicos de Cultivando un México Mejor explican cómo la adopción de sistemas como la agricultura de conservación brinda una oportunidad para mantener la producción agrícola ante la limitada disponibilidad de agua.