La edición 2016 dio inicio a su primer módulo con participantes de diversas organizaciones sociales.
Con información de Nadia Waleska, Comunicación e Inclusión Social de Buena Milpa.
14 y 15 de abril de 2016.
Quetzaltenango, Guatemala.- El papel que juegan los técnicos en su calidad de extensionistas es clave para dinamizar los procesos de colaboración, ya que ellos ejecutan las acciones operativas para propiciar un ambiente de construcción colectiva de conocimiento en el campo. De ahí se deriva que el proyecto Buena Milpa haya desarrollado un diplomado con el objetivo primordial de contribuir con el desarrollo de capacidades técnicas, metodológicas y organizativas de extensionistas y facilitadores como agentes de cambio para la conservación de maíces nativos, suelos y agua y la diversificación de parcelas y dietas, con enfoques inclusivos que permitan impactar en la disminución de la pobreza y la malnutrición, así como fortalecer la seguridad alimentaria.
La edición 2016 del diplomado de certificación Buena Milpa dio inicio a su primer módulo con participantes de diversas organizaciones sociales, como Asociación de Cooperación para el Desarrollo Rural de Occidente (CDRO), Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch), Asociación de Desarrollo Integral de Agricultores Nueva Esperanza (Asodine), Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (ADIPO) y Programa Colaborativo de Fitomejoramiento Participativo en Mesoamérica (PCFM), además del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
El primer módulo de esta certificación abordó el entorno de las principales causas de la exclusión social que afecta principalmente a la región del altiplano occidental, específicamente a pueblos indígenas, mujeres, niños y jóvenes, quienes registran las tasas más elevadas de pobreza y desnutrición. Una de las múltiples actividades desarrolladas sobre inclusión social fue profundizar sobre la realidad socioeconómica del altiplano occidental, causas y consecuencias de la exclusión social en Guatemala.
Esvin López, técnico del Programa Colaborativo de Fitomejoramiento Participativo de Maíz (PCFM), expresó su satisfacción por ser uno de los participantes de la certificación Buena Milpa, su valoración respecto al primer módulo fue que “es un tema social muy interesante, que como técnico de campo es importante conocer los contextos y dinámicas que se viven en las áreas rurales, nos brinda un buen horizonte con nuevas expectativas. De todo el contenido del primer módulo, lo que me llamó más la atención fue conocer la historia del país y la división que se vive, pues solo así es posible hacer un pueblo unido que no tenga pobreza y desnutrición”, agregó.
En los siguientes módulos de este diplomado, que terminará en noviembre de 2016, los participantes revisarán temas como intensificación sustentable, manejo de recursos naturales, gestión de redes de innovación y gestión del conocimiento.