En Santa Rosa Xajay, perteneciente al municipio de San Juan del Río, Querétaro, han comenzado los trabajos de acondicionamiento de suelo para la siembra de maíz y frijol de temporal para el ciclo primavera-verano 2020. Este hecho sería algo rutinario si no fuera por la histórica cantidad de parcelas que lo están haciendo mediante prácticas de Agricultura Sustentable.
A través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, los técnicos de Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro (SAQ) han establecido módulos (parcelas demostrativas) en diferentes lugares estratégicos. Los productores asisten a estos módulos a capacitaciones y recorridos para conocer de cerca las diferentes prácticas sustentables que pueden implementar en sus parcelas como una opción para resolver diversas problemáticas que se presentan para la agricultura en la zona.
En Santa Rosa Xajay la promoción de la Agricultura Sustentable inició hace algunos años con pocos productores. Aunque al inicio era más difícil que se animaran a adoptar nuevas prácticas, los resultados los fueron convenciendo, particularmente porque las prácticas para la captación de agua de lluvia —como el manejo del rastrojo, la reformación de surcos y la rotura vertical— distinguen a las parcelas que implementan prácticas sustentables, haciéndolas productivas incluso en años secos.
Los dos últimos años, por ejemplo, las lluvias han sido de apenas 280 y 180 milímetros (mm), respectivamente, cuando la precipitación media del estado es de 570 mm anuales. Con las prácticas de Agricultura de Conservación que se han implementado, los productores han visto buenos resultados, tantos que este año 40% de las parcelas de la localidad —una superficie aproximada de 900 hectáreas— ya fueron acondicionadas con ese sistema de producción, cuyos componentes básicos son la mínima labranza, la cobertura del suelo y la diversificación de cultivos.
Con este avance en la adopción de prácticas sustentables, resalta el papel de los productores que deciden innovar, pues al ver los resultados, sus vecinos comienzan a implementar nuevas prácticas apoyándose en ellos, lo cual habla de que las prácticas sustentables que se promueven son útiles y funcionales para los productores.
Se espera que más productores sigan adoptando prácticas sustentables, no solo para cosechar agua, sino también para disminuir la erosión de sus tierras, reducir el impacto ambiental y lograr mejores cosechas en sus unidades familiares.