De acuerdo con las Naciones Unidas, hasta el 40% de la tierra del planeta está degradada, lo que afecta a la mitad de la humanidad, y supone una amenaza para aproximadamente la mitad del producto interno bruto (PIB) mundial. Ante este escenario, y a medida que aumentan los efectos de la variabilidad climática, se necesitan alternativas para conservar, restaurar y utilizar la tierra de manera sostenible.
Así, los días 25 y 26 de junio, la Ciudad de México se convirtió en el epicentro del diálogo hacia un futuro agrícola más sostenible y regenerativo, al albergar la Cumbre de Agricultura y Sistemas Alimentarios Regenerativos LATAM 2024. Este evento reunió a más de 150 líderes del sector agroalimentario en un espacio dedicado a explorar y debatir las prácticas agrícolas del mañana, particularmente la agricultura regenerativa.
“La agricultura regenerativa es un enfoque que contribuye a una agricultura sostenible, donde el cuidado del suelo es esencial para mantener su potencial productivo, además de funciones como la captación de agua y la captura de carbono”, puntualizó la doctora Sol Ortiz, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
La cumbre no solo permitió conocer los aspectos teóricos de la agricultura regenerativa, también destacó la necesidad urgente de adoptar prácticas agrícolas más sostenibles y sirvió como plataforma para compartir experiencias y estrategias exitosas.
“En Grupo Bimbo iniciamos los trabajos de agricultura regenerativa en 2017. Nosotros sabíamos que en ningún momento podíamos hacerlo solos y es por eso que empezamos a trabajar con CIMMYT. Así conocimos todo lo que tiene que hacerse y posteriormente, hacia 2021, empezamos a replicar los proyectos de México en otros países. Actualmente Grupo Bimbo tiene presencia de proyectos de agricultura regenerativa en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, y estamos iniciando los trabajos en América del Sur”, mencionó Juan Pablo Andrade, Gerente Global de Abastecimiento y Agricultura Regenerativa de Grupo Bimbo.
“La clave está en unir esfuerzos para alinear agendas y hacer un plan integral. Por eso estamos impulsando la creación de alianzas con todas aquellas organizaciones con las cuales podemos establecer, por ejemplo, un plan correcto de rotación”, sostuvo Miguel Ángel Esquivel, Gerente de Planta y Producción Nacional de Cebada de HEINEKEN México, refiriéndose a la importancia de diversificar cultivos (a través de rotaciones) para evitar los monocultivos que degradan la tierra. Así mismo, resaltó la colaboración con CIMMYT en el proyecto Cultivando un México Mejor, mediante el cual se optimiza el uso del agua y se regeneran los suelos a través de prácticas sustentables.
Por su parte, Mar Gutiérrez, de Grupo Trimex —empresa que, junto con CIMMYT impulsa el proyecto Agriba Sustentable también orientado a la regeneración de los suelos agrícolas—, subrayó la necesidad de un cambio cultural, tanto entre los agricultores como entre las organizaciones, para adoptar prácticas más sostenibles.
Así, y con la participación de otras organizaciones que también colaboran con CIMMYT, como Nestlé, la Cumbre de Agricultura y Sistemas Alimentarios Regenerativos LATAM 2024 puso de relieve la importancia de la ciencia para la implementación y desarrollo de proyectos que tengan como finalidad regenerar los suelos agrícolas. En este sentido, CIMMYT, un centro de investigación científica internacional basado en México, destacó como un socio estratégico en la promoción de la agricultura regenerativa en México y a nivel global.
“En mi caso ya tengo suelo sano, ya tengo una planta sana, ya es un producto bastante nutritivo, entonces si ustedes, las empresas, quieren que empecemos a andar en esa transición, entonces también el consumidor se tiene que educar, no solo el agricultor, también los consumidores para que realmente le den ese valor. Por eso sería importante llevar proyectos como los que han mencionado a lugares considerados focos rojos por la degradación de las tierras”, subrayó Candelario Molina, productor de Teopisca, Chiapas, quien ha colaborado con CIMMYT y ha aprendido diversas prácticas sustentables que le han permitido regenerar sus suelos.
“En mi grupo hemos impactado de manera indirecta en cerca de seis mil, siete mil hectáreas de tres ejidos donde ya no se practica la quema, donde ya se disminuyó la labranza”, enfatizó el productor, subrayando con su ejemplo y experiencia la importancia de fomentar la colaboración multisectorial para transformar el panorama agrícola del país hacia un futuro más sustentable y resiliente.