Según el informe de mecanización del Panel de Malabo, los agricultores africanos tienen diez veces menos herramientas mecanizadas por área agrícola que los agricultores en otras regiones en vías de desarrollo. Durante los últimos seis años, el proyecto del Centro Australiano de Investigación Agrícola Internacional (ACIAR, por siglas en inglés) financió el proyecto Mecanización Agrícola y Agricultura de Conservación para la Intensificación Sustentable (FACASI, por siglas en inglés) el cual ha explorado formas de abordar el acceso deficiente a soluciones de mecanización apropiadas, lo que está costando una pérdida de productividad a los pequeños agricultores.
“Uno de los resultados clave de la iniciativa FACASI ha sido presentar vías para las mujeres y los jóvenes hacia diversas ganancias rentables utilizando mecanización a pequeña escala”, dice Alice Woodhead, profesora de economía rural en la Universidad del Sur de Queensland en Australia. Woodhead compartió sus impresiones después de una visita de campo a Makonde, en el noroeste de Zimbabue, como parte de la reunión de revisión final de FACASI Fase 2 celebrada en mayo. Casi 40 socios de proyectos del sector público y privado de Zimbabue y Etiopía y representantes de ACIAR asistieron al evento en Harare.
Maquinaria agrícola: las empresarias prosperan sobre dos ruedas.
Agatha Dzvengwe y Marianne Jaji compartieron su experiencia comercial como proveedoras de servicios de tractores de dos ruedas (2WT) en Makonde. El 2WT, que se puede usar para múltiples propósitos desde el transporte, la siembra, la aplicación de fertilizantes y el desgrane, les permite plantar de manera eficiente y proporciona ingresos adicionales mediante el alquiler de sus tractores a los agricultores vecinos. Por ejemplo, durante la temporada 2018/19, Dzvengwe usó la sembradora Fitarelli para plantar diez hectáreas de maíz, dos hectáreas de alubias y cinco hectáreas de soja. Debido a la eficiencia de la sembradora, tuvo tiempo para rentar los servicios de siembra a los agricultores vecinos, ganando 100 dólares por una hectárea de maíz y el doble en la siembra de soja o alubias.
Marianne Jaji proporciona servicios de desgrane basados en el 2WT, los cuales, según ella, generan ingresos constantes para su hogar, lo que le permite contribuir a decisiones importantes del hogar. A pesar de que la temporada 2018/19 se caracterizó por la sequía, Jaji confiaba en que aún podría obtener un ingreso decente de los agricultores vecinos que contratan los servicios de recolección con el 2WT. Otras proveedoras de servicios lideradas por mujeres informaron sobre el empoderamiento y la disminución de la mano de obra. “Hemos sido liberadas de la carga de trabajar en el campo. Ahora que tengo un 2WT, la sociedad me respeta más”.
“En un negocio dominado por hombres, mujeres como Agatha y Marianne pueden convertirse en empresarias exitosas, proporcionando servicios agrícolas importantes para la comunidad, como desgrane, plantación y transporte”, explica Bertha Tandayi, asistente de investigación de FACASI en la Universidad de Zimbabue, donde estudia la adopción de tecnologías basadas en los 2WT por mujeres empresarias en los distritos de Makonde y Nyanga.
La mecanización a pequeña escala tiene tasas de adopción más altas en áreas donde se brindan los servicios más rentables, como el desgrane. Los beneficios para los empresarios y la comunidad son visibles e incluyen la creación de empleo, la renovación de viviendas, la acumulación de activos, la cría de ganado, la perforación de pozos y la compra de insumos agrícolas.
Una empresa de desgrane sostenible para grupo juvenil de Mwanga
Desde que establecieron su empresa en 2016, después de la capacitación en el marco del proyecto FACASI, el grupo de jóvenes de Mwanga se está fortaleciendo en Makonde. Durante una demostración del desgranador mediano, Masimba Mawire comentó que el negocio del desgrane ha proporcionado ingresos constantes y confiables para el grupo. Los hermanos Shepherd y Pinnot Karwizi agregaron que el grupo se ha beneficiado de la capacitación adicional en mantenimiento, facilitada a través del proyecto FACASI. “Es evidente que los jóvenes han encontrado una manera de trabajar como un equipo de negocios, dándoles un propósito y la aspiración a ser dueños de negocios y no solo empleados”, dijo Woodhead.
De los servicios proporcionados a través de las tecnologías del 2WT, los servicios de desgrane son los más demandados, ya que esta tecnología simple reduce significativamente el tiempo dedicado a desgranar las mazorcas de maíz. Un desgranador de tamaño mediano, por ejemplo, produce entre cinco y seis toneladas de grano de maíz sin cáscara al día, diez veces más que el desgranador manual.
Los beneficios de los ingresos, la reducción de la mano de obra y la alta eficiencia de las tecnologías basadas en el 2WT han transformado las vidas de los proveedores de servicios para jóvenes y mujeres. Confiados en su futuro, planean expandir sus portafolios de negocios, buscando opciones de valor agregado como el proceso de poscosecha de otros cultivos.