El Proyecto Milpa Sustentable Península de Yucatán emplea variedades nativas para realizar procesos de validación de innovaciones con el objetivo de mejorar los rendimientos a través de prácticas sustentables.
Por: Edgar Martín Miranda Gamboa. colaborador Hub Península de Yucatán.
14 de julio de 2017.
Yucatán.- Es innegable que la agrobiodiversidad es la base fundamental de la seguridad alimentaria y del fortalecimiento de la soberanía alimentaria de las comunidades. Sin embargo, las poblaciones cercanas a los polos urbanos abandonan las actividades de campo para emplearse en los sectores de construcción y terciarios para obtener ingresos y sostener a sus familias. Por esta razón, en la región de la Península de Yucatán la agricultura es practicada predominantemente por agricultores de edad adulta (>50 años). Hay un riesgo de pérdida de saberes del manejo agronómico de las especies y variedades que por generaciones se han cultivado en las milpas, como en el caso de los maíces nativos, frijoles y otras especies.
En la región centro-oriente del estado de Yucatán predominan tres razas de maíces: el Xnuk nal (tuxpeño), dzit bacal y xmejen nal (ver cuadro 1), aunque existen en la región otras razas y variedades mejoradas que los agricultores cultivan en superficies menores a 2.5 hectáreas, por ejemplo las variedades Sac beh, Chichen Itzá, VS-536, entre otras en menor cantidad.
El Proyecto Milpa Sustentable Península de Yucatán, junto con los productores cooperantes, promueven el uso de variedades adaptadas a las condiciones agroecológicas locales. En las plataformas y módulos de la región se emplean variedades nativas para realizar procesos de validación de innovaciones con el objetivo de mejorar los rendimientos a través de prácticas sustentables.
En los municipios de Yaxcabá, Sotuta y Dzitás se han instalado cuatro módulos y 10 áreas de extensión en las que se sembraron maíces nativos con innovaciones en el arreglo de siembra, el manejo de rastrojos, la instalación de trampas de feromonas para gusano cogollero, la aplicación de fertilizantes químicos, biofertilizantes y extractos vegetales. Las innovaciones son evaluadas con enfoque a una agricultura tradicional y de autoconsumo.
La preservación de las variedades nativas, tanto de maíz como de otros cultivos, es primordial para los agricultores de la región, es por ello que se organizan ferias de intercambio de semillas en las que los productores pueden incrementar la diversidad con la que cuentan.
La labor de la preservación de variedades nativas permite también el resguardo de la diversidad genética de las especies de manera in situ, a la larga permite el empoderamiento de los productores por el hecho de tener en existencia semilla y poder intercambiar o vender a otros agricultores.