Mujeres de Pueblo Viejo han adoptado tecnologías agrícolas en sus parcelas a través de la colaboración entre la Asociación CDRO y el Proyecto Buena Milpa Guatemala.
Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.
Momostenango, Guatemala.- En Totonicapán se estableció una colaboración entre la Asociación de Cooperación para el Desarrollo Rural de Occidente (Asociación CDRO) y el Proyecto Buena Milpa Guatemala para implementar tecnologías agrícolas que fomenten el desarrollo de las familias agricultoras que viven en el área rural de tres municipios: Santa María Chiquimula, Santa Lucía La Reforma y Momostenango.
La filosofía de la Asociación CDRO es contar con la participación de las comunidades en los procesos realizados, por lo que se entabló comunicación con los líderes comunitarios para facilitar la implementación de actividades y conocer por medio de ellos las necesidades de la comunidad. “Asociación CDRO siempre se ha caracterizado por apoyar el desarrollo del área rural, porque es donde se carece de tecnología, insumos y formación sobre varios temas que pueden mejorar la dignidad de las personas en las comunidades”, resalta Víctor Andrés Gutiérrez, técnico social de la asociación.
Siempre que llega un nuevo proyecto, este debe contar con el visto bueno de los líderes comunitarios, porque si no lo tiene, ellos rechazan las iniciativas; por eso es mejor tener un acercamiento para que ellos apoyen el trabajo. Desde hace 13 años, don Víctor ha trabajado como enlace entre las autoridades comunitarias, para que ellas puedan darles referencias a los pobladores, y estos no desconfíen de los programas. “Hay muchas comunidades organizadas, pero no tienen lineamientos de trabajo, no tienen proyección de desarrollo; muchas veces su visión se enfoca más en la infraestructura, y dejan a un lado la salud, la educación y otros aspectos que contribuyen al cambio de pensamiento de las personas”, comparte.
Moisés Herrera, alcalde comunitario de Pueblo Nuevo, comenta que cuando tienen un acercamiento con las instituciones que implementarán proyectos o programas en su comunidad, les hablan de las necesidades de las personas y de las familias que tienen más carencias y necesidad de apoyo, pero no injieren en la decisión de los encargados de implementar los proyectos. Para Herrera, la capacitación técnica que se puede brindar a los productores es clave para el desarrollo, ya que considera que “acostumbrar a los pobladores a recibir insumos, solamente fomenta más pobreza, porque la gente no aprende a trabajar y se queda sin aspiraciones”.