En la Península de Yucatán, en México, una familia requiere en promedio al menos 10 kilogramos de grano de maíz por día; es decir, su demanda anual de maíz es de un poco más de 3,6 toneladas. Por otro lado, el volumen de producción de grano de maíz en la región oscila entre una tonelada y tonelada y media, con rendimientos en promedio de 700 kilogramos por hectárea. Derivado de esto, con frecuencia se tiene que adquirir el volumen faltante, de casi 2,5 toneladas, para satisfacer el consumo anual de una familia.
Entre los principales retos que enfrenta el sistema de producción de maíz en esta región se encuentran la poca profundidad y alta pedregosidad de los suelos, la constante quema de rastrojo, la escasa disponibilidad de otras variedades de semillas y el ataque de fauna silvestre en las temporadas de cosecha, al igual que los efectos de los ciclones tropicales y las sequías.
Esta situación, identificada a través de pláticas y reuniones con productores que participan en el programa Sembrando Vida y Binomio Técnico Social del municipio de Chemax, en el estado de Yucatán, propició la creación de una alianza entre el citado programa federal y el Hub Península de Yucatán del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
La propuesta consiste en tres fases: la primera tiene por objetivo identificar aquellas variedades de maíz y leguminosas que presenten mayor adaptación a las condiciones climáticas, edáficas y de manejo; en la segunda, se plantea fortalecer el manejo agronómico y la aplicación de técnicas de mejoramiento de las variedades sobresalientes de la primera etapa. Por último, la tercera fase consiste en la producción de semilla y transferencia de tecnología.
La primera etapa se inició en el ciclo primavera-verano 2021 con en el establecimiento de cinco vitrinas de semillas nativas y leguminosas en los viveros de las Comunidades de Aprendizaje Campesino de las localidades de Chemax, Checmil, Cocoyol, Hoteoch, y San José Chahuay. Ahí se compararon 12 variedades de maíz de las tres razas existentes en la Península de Yucatán, divididas de acuerdo con el ciclo (precoces, intermedias y tardías), así como por los colores del grano (blanco, amarillo, morado y rojo); para las leguminosas, se compararon tres cultivos de cobertura y cuatro con fines de consumo humano.
En estas parcelas se implementaron prácticas para la conservación de la fertilidad de los suelos, tales como la no quema y dejar el rastrojo; asimismo, se realizó la siembra en hileras para un mejor aprovechamiento del espacio entre plantas y de esta forma disminuir la competencia por efecto de las malezas. Por otro lado, se hizo control de plagas de suelo para proteger la semilla y disminuir el ataque de fauna silvestre en el proceso de germinación y emergencia.
También se instalaron trampas con feromonas para disminuir las poblaciones de gusano cogollero y de esta forma reducir el uso de insecticidas. Al término del ciclo de cultivo se determinó la madurez fisiológica y se realizó la cosecha oportuna para evitar el ataque de fauna silvestre, lo cual permitió mayor cantidad y calidad de grano y semilla.
En la zona se ha identificado que los productores cosechan a partir de febrero y terminan a finales de abril. Se ha visto que entre mayor tiempo permanece la mazorca en campo es más susceptible a ataques de plagas y fauna silvestre (tejón, jabalí, mapache y diversas aves). Por esto se propuso cosechar a finales de noviembre y diciembre para posteriormente seleccionar mazorcas en buenas condiciones y secarlas bajo la sombra. Una vez que se realizó el secado a finales de enero se procedió a medir la humedad del grano (hasta 13% de humedad para maíz y 12% para leguminosas) y después a su almacenamiento en recipientes herméticos, como botellas y garrafones PET.
Durante el ciclo del cultivo se difundieron las prácticas y resultados obtenidos a través de días de campo y de capacitación en donde participaron actores de la zona, tales como ayuntamientos municipales, centros educativos, organizaciones no gubernamentales, técnicos y becarios de los programas federales Sembrando Vida y Producción para el Bienestar, así como productores de otros municipios, lo cual permitió fortalecer la red de innovación.
Además, a través de la participación de los becarios del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro se realizó la colecta de datos y el registro de información en las plataformas digitales para obtener los resultados en términos de rendimiento y costos de producción; con estos datos, se obtuvieron los primeros resultados de esta primera etapa, que demuestran una mejor adaptación en variedades de maíz de ciclo corto e intermedio con rendimientos de hasta 1,4 toneladas por hectárea, es decir, un incremento de hasta el 100% en comparación con el promedio de la zona. Por su parte, las leguminosas que mejor se adaptaron fueron los cultivos de cobertura con rendimientos de hasta 2,6 toneladas por hectárea.
Con estos resultados los productores mostraron gran interés y planean realizar acciones para los ciclos posteriores. Entre ellas conservar las semillas de ciclo corto e intermedio a través de la siembra de una pequeña cantidad en sus parcelas; implementar prácticas para la conservación de la fertilidad de los suelos; realizar el manejo agronómico y poscosecha oportuno; y la administración del riesgo a través de la integración de otros cultivos que permitan mejorar la fertilidad de los suelos y aportar una fuente de proteína a sus familias.
Adicional a estos resultados se logró la consolidación de un espacio para la experimentación, transferencia de tecnología, conservación, producción y distribución de semillas a nivel de localidad, así como la inclusión de jóvenes y mujeres, y el involucramiento de otros actores que tendrán un papel activo en la segunda fase que iniciará en los próximos meses.
Agradecemos a Carlos Cámara Caballero, Cristian Miguel López Arcos, Roque Alejandro Avilés Lizama, a los productores de las Comunidades de Aprendizaje Campesino y a los becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro por el apoyo para el desarrollo de la primera etapa de la iniciativa aquí descrita.