San Miguel Tlacamama, Oax.- La producción constante de un solo cultivo en un mismo terreno disminuye la capacidad productiva del suelo en el corto tiempo. De igual manera, en terrenos de ladera la capa fértil se pierde si no se implementan medidas de protección. ¿Qué medidas pueden ayudar a la conservación y la de fertilidad de los suelos en laderas para mantener una buena producción por mucho tiempo?
Hay algunas prácticas que aportan beneficios en la protección y fertilidad de los suelos. El rastrojo, por ejemplo, al dejarse sobre la superficie del suelo tiene la función de una capa protectora contra el efecto erosivo de la lluvia, conserva la humedad, brinda protección a los microorganismos y al descomponerse libera nutrimentos. Sin embargo, para lograr una buena salud del suelo —caracterizada por contener una gran diversidad de microorganismos, una buena estructura y producir buenos rendimientos—, es necesario conocer la cantidad y calidad adecuada del rastrojo.
La calidad del rastrojo está determinada en un primer momento por la relación carbono-nitrógeno (C:N), la cual puede tener un efecto significativo en la descomposición de los rastrojos, la cobertura del suelo y el ciclo de nutrimentos (predominantemente nitrógeno).
¿Por qué es importante esta relación? Porque se trata de los dos elementos esenciales para la nutrición de cualquier organismo, pero su disponibilidad y proceso de degradación en el suelo es algo complejo. Si los residuos son ricos en carbono y pobres en nitrógeno, por ejemplo, la fermentación podría ser lenta y el carbono se podría perder en forma de CO2. O en el caso contrario, si las concentraciones de nitrógeno son altas este se podría transformar en amoníaco, afectando la adecuada actividad biológica.
Así, materiales como el rastrojo de maíz tienen una relación de carbono y nitrógeno (C:N) de 60 a 1 (60:1), en cambio, el follaje verde de leguminosas como el frijol mucuna tienen una relación de 15 a 1 (15:1). Esto significa que la descomposición de materiales ricos en carbono, como el rastrojo del maíz y otros cereales, será lenta, lo cual conlleva a una inmovilización del nitrógeno y para evitar que haya competencia por este elemento entre los microorganismos y la planta, será necesario la aportación de fertilizantes nitrogenados.
Por el contrario, cuando se incorporan materiales ricos en nitrógeno, la descomposición será rápida, provocando la mineralización del nitrógeno. Lo ideal es lograr una relación de carbono y nitrógeno (C:N) de 30 a 1 (30:1), para que los microorganismos residentes puedan descomponer fácilmente los rastrojos y dejen nutrimentos para las plantas.
En terrenos de ladera, por la función múltiple del rastrojo, se requiere de materiales con una relación de carbono y nitrógeno (C:N) mayor de 30 a 1 (30:1), pues es esencial que esos rastrojos se descompongan para liberar los nutrimentos, formar la materia orgánica y mantener cubierto el suelo por alrededor de 60 días, mientras los cultivos establecidos producen cobertura viva.
En cuanto a la cantidad, es un factor que está en función del tipo de rastrojo (cultivo). Lo ideal es dejar el 100% de rastrojo para lograr la mayor cobertura del suelo; sin embargo, en muchas unidades de producción parte del rastrojo se destina para los animales. Para evitar competencia por los residuos entre el suelo y los animales, se puede optar por establecer cultivos forrajeros.
Con los resultados de cuatro años de investigación en la plataforma de investigación San Miguel Tlacamama, en Oaxaca, se ha observado que no es suficiente dejar los residuos, sino también diversificar los cultivos. En la figura 1, por ejemplo, se muestra el comportamiento del rendimiento del maíz Tuxpeño amarillo, establecido en monocultivo continuo y en rotación con ajonjolí, calabaza y diferentes abonos verdes.
En los cuatro años de evaluación, el maíz en rotación supera el rendimiento del maíz en monocultivo, de igual manera se observa la disminución paulatina del rendimiento en el monocultivo. Se puede considerar que la rotación o el dejar rastrojos de diferentes cultivos favorecen la calidad del rastrojo, lo cual influye en el rendimiento. En síntesis, es importante poner atención a la calidad y cantidad de material dejado sobre el terreno, las asociaciones aportarán una cantidad mayor de biomasa y las rotaciones, calidad; sin olvidar que un ciclo del plan de rotación debe ser con una leguminosa.
Nota: esta texto forma parte de las ponencias impartidas durante el simposio Diálogos para una Agricultura Sustentable, desarrollado en noviembre de 2020 por el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y que se puede ver completo aquí.