En la zona Villanueva El Águila (en el oriente de Honduras), a 1 350 metros sobre el nivel del mar, no es común ver calabaza y yuca como cultivos asociados con el maíz; sin embargo, esta asociación de cultivos brinda notables beneficios para la salud del suelo, la alimentación de las familias productoras e incluso representa un potencial ingreso adicional para los agricultores.
La calabaza sembrada en asociación cubre ampliamente el suelo y limita el desarrollo de malezas, de manera que es una gran opción como cultivo de cobertura. A su vez, la yuca funciona como una barrera de retención y contribuye a reducir los problemas de compactación del suelo.
Ronix Maradiaga implementó en su parcela, en Villanueva El Águila, esta innovación agronómica y los resultados son alentadores.
“Se instaló un módulo de 0.12 hectáreas (1 200 m2) cada parcela. En una se estableció maíz Tuxpeño y cobertura con calabaza y yuca; en la otra, la parcela testigo, solo maíz sin cobertura”, detalla Ronix, quien forma parte del equipo técnico de la Asociación Regional de Servicios Agropecuarios de Oriente (ARSAGRO), una de las organizaciones que integra el InnovaHub Oriente de Honduras, en el marco de AgriLAC Resiliente.
“El maíz se sembró con distanciamiento de 80 cm entre surco y 20 cm entre planta a dos granos por postura. Los resultados de la producción de maíz fueron de nueve quintales (900 kilos) en la parcela de innovación y ocho (800 kilos) en la parcela testigo. En la parcela de innovación se cosecharon además 150 unidades de calabaza y 300 libras de yuca”, precisa Ronix
Si se considera que en mercado cada calabaza tiene un costo aproximado de 30 lempiras ($20.8 MXN), la cosecha en la parcela de innovación de Ronix permitiría un ingreso de alrededor de 4,500 lempiras. La yuca, por su parte, tiene un precio en el mercado de entre siete y 10 lempiras por libra.
“Con la diversificación de cultivos podemos generar un ingreso extra, además de aportar materia orgánica al suelo y cobertura para evitar la erosión, igual con las barreras de yuca que sirven para retener el suelo”, concluye Ronix, quien muestra los evidentes beneficios de la diversificación de cultivos en su propia parcela a fin de que los productores de las comunidades en donde brinda acompañamiento técnico las implementen con confianza.
AgriLAC Resiliente es una iniciativa del CGIAR orientada a transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe. Su objetivo es aumentar la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región. Es operada por centros del CGIAR como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Alianza d de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con la colaboración de diversas organizaciones locales a través de los InnovaHubs.