En el marco del proyecto Seguridad alimentaria y nutricional para comunidades rurales del Estado de Quintana Roo, implementado por el Gobierno del Estado en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), se están llevando a cabo acciones transformadoras que buscan mejorar las prácticas agrícolas y promover la sustentabilidad en comunidades rurales de la región. Este proyecto tiene como objetivo principal garantizar la seguridad alimentaria y fortalecer la resiliencia de las familias agricultoras mediante el uso de tecnologías innovadoras y sustentables.
En comunidades del municipio de Bacalar, técnicos del proyecto han impartido talleres sobre el uso de insumos orgánicos, destacando prácticas agroecológicas para mejorar la calidad del suelo, fertilizantes orgánicos y trampas de feromonas para el control biológico de plagas. Estas capacitaciones responden a la necesidad urgente de cambiar paradigmas en el manejo agrícola, en una región históricamente marcada por la tumba, roza y quema, prácticas que han degradado los suelos y contribuido a la deforestación de las selvas de la Península de Yucatán.
Felipe Sánchez Olán, productor de Bacalar, expresó los beneficios de estas innovaciones: “He aplicado las prácticas que los técnicos nos han enseñado y he comparado contra lo que regularmente hacíamos en la región. He obtenido mejores resultados y mejor rendimiento”.
En el ciclo de siembra verano-otoño-invierno 2024, se han introducido estrategias que combinan semillas criollas —probadas por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), una de las instituciones que colabora con el Hub Península de Yucatán—, análisis de suelos y aplicaciones de insumos específicos para el control de malezas. Estas innovaciones, sumadas a las técnicas de siembra ordenada, están orientadas a incrementar el rendimiento del maíz y a establecer bancos de semillas que aseguren la replicación de estas prácticas en el futuro.
La meta es clara: reducir el impacto ambiental de la agricultura mientras se fortalecen las bases para una seguridad alimentaria sostenible. Los talleres también han sido una oportunidad para reforzar la importancia de la conservación del medioambiente, alineándose con los principios de la agricultura de conservación promovidos por el CIMMYT y que son el eje del menú tecnológico que se promueve con esta iniciativa.
Un aspecto central del proyecto es el papel de las mujeres rurales como promotoras de estas tecnologías. En Quintana Roo, donde las mujeres desempeñan un papel crucial en la producción de alimentos, se están impulsando sus capacidades para liderar la adopción de estas prácticas. Como destaca el equipo técnico que impartió los talleres recientes, las mujeres tienen el potencial de ser “agentes de cambio en sus comunidades, fortaleciendo la seguridad alimentaria y promoviendo la agricultura sustentable”.
El proyecto Seguridad alimentaria y nutricional para comunidades rurales del Estado de Quintana Roo no solo busca mejorar los rendimientos agrícolas, sino también transformar las vidas de las familias rurales mediante la capacitación, el acceso a innovaciones y el empoderamiento de sus productores. Estas acciones son un ejemplo del impacto que se puede lograr cuando la ciencia y el conocimiento se combinan con la experiencia local y la participación comunitaria.
Con estas iniciativas, el CIMMYT y el Gobierno del Estado de Quintana Roo están marcando un camino hacia un modelo agrícola más sustentable, capaz de garantizar alimentos saludables, proteger los recursos naturales y fortalecer la economía de las comunidades rurales.