Ellas forman parte de un grupo de mujeres mixtecas que están transformando el campo de San Marcos Monte de León, municipio Villa Chilapa de Díaz, Oaxaca. Se trata de agricultoras que, de la mano del CIMMYT se han formado y capacitado en temas agrícolas. Han conocido el proceso de siembra, control de plagas, poscosecha, manejo de maquinaria adecuada para pequeñas parcelas y otros temas que están impactando positivamente a su comunidad.
“Nos reunimos, nos capacitamos, ahorramos y nos beneficiamos todas”, comenta una de ellas señalando que uno de los temas más relevantes que han trabajado es el de asociatividad.
“Los ingenieros nos compartieron los beneficios de realizar compras consolidadas y de los logros que podemos obtener con el ahorro”. Así, comentan ellas, tomaron al pie de la letra las indicaciones y empezaron a ahorrar semanalmente, junto a otras mujeres de otras localidades hasta que lograron lo suficiente para realizar una compra de 300 silos para almacenar maíz con capacidad de media tonelada.
Uno de estos grupos continuó el ahorro, pero esta vez para comprar una desgranadora eléctrica y no se detuvieron hasta conseguirlo. Ahora la rentan en su misma localidad y con las ganancias compran el combustible y las reparaciones de esta desgranadora que van surgiendo por el uso. Un ejemplo de que juntas se puede lograr más, enfatizan con orgullo.
Este mismo grupo se ha capacitado en temas de agricultura de conservación y han disminuido el movimiento del suelo: “Antes realizábamos barbecho, recruzada, surcado y ahora ya no. Ya solo pasamos la yunta una sola vez. Con eso hemos reducido los costos. Ya no gastamos tanto”, mencionan y detallan cómo han aprendido a realizar siembras directas con ayuda de las sembradoras manuales, conocidas como matraca.
El equipo técnico de CIMMYT que brinda acompañamiento técnico a este grupo comenta que “actualmente solo se reforman los surcos y las mismas señoras establecen el cultivo del maíz, se ahorran el costo de la yunta o los jornaleros para sembrar maíz”.
Para estas agricultoras el aprendizaje de tecnologías sustentables ha sido de mucha utilidad pues les ha permitido realizar la siembra ellas mismas, reduciendo costos. Además, el hecho de que ellas mismas gestionen las actividades de la parcela es particularmente útil porque los esposos de muchas de ellas trabajan fuera de la localidad o han migrado.
“A veces, aunque mi esposo, y sí el surcado ya está listo, pues voy yo a sembrar porque ya sé”, comenta una de ellas y otra señala que con las prácticas de agricultura sustentable que han aprendido “te ahorras tiempo, dinero, y ya no a fuerza tiene que estar el varón”.
Este es un ejemplo de que cuando a las mujeres se les capacita y ellas conocen el manejo de las herramientas y las validan, el conocimiento se convierte en un beneficio directo para ellas y sus familias, ya que disminuyen gastos y tiempo invertido para realizar las actividades del campo.
A través de la iniciativa regional AgriLac Resiliente, del CGIAR, CIMMYT en colaboración con organizaciones locales impulsan la agricultura sustentable con una perspectiva de género e inclusión social como medio para la construcción de comunidades agrícolas resilientes.