Texcoco, Edo. Méx.- En el sector rural existen muchas limitaciones crediticias. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2017, menos del 10% de las unidades de producción en el país recibió financiamiento. Sobre el seguro agrícola, la encuesta establece que solo el 5.8% de las unidades de producción rural recibieron algún tipo de seguro agropecuario.
Debido a estas circunstancias, Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han desarrollado una estrategia de inclusión financiera que busca atender las necesidades de financiamiento de productores en Oaxaca, Campeche y Chiapas, estados donde prevalecen diversas circunstancias que limitan a los productores en esta materia, tal es el caso de las superficies de cultivo fraccionadas —un productor, por ejemplo, puede tener una hectárea para su trabajo agrícola, pero dividida en cinco o hasta más parcelas—.
A través del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, Walmart Foundation y el CIMMYT facilitan a los productores el acceso a financiamiento inclusivo a través de un modelo de asistencia técnico crediticio —en conjunto con intermediarios financieros como FIRA, Financiera Nacional de Desarrollo, e intermediarios financieros rurales privados, etcétera—. El objetivo es que los productores cuenten con recursos para financiar sus actividades agrícolas, eleven su productividad y reduzcan costos de producción.
De acuerdo con Christian Bustos Rojas, consultor en Inclusión Financiera en el CIMMYT, dentro de la estrategia se fomentan los seguros agrícolas, se mitigan riesgos climatológicos y financieros en beneficio de los productores y se busca fomentar la cultura del ahorro en estos productores, además de la obtención de un financiamiento (crédito para el desarrollo de sus actividades): “desarrollamos capacidades administrativas, gerenciales y de educación financiera para ir madurando estos grupos de productores para que puedan llegar a un tema de financiamiento o crédito. La inclusión financiera, la asociatividad y el acceso a mercados son tres componentes fundamentales para el proyecto”.
Además del tema financiero, el proyecto contempla un continuo acompañamiento técnico para la adopción de prácticas sustentables —particularmente la diversificación de cultivos— que están impactando positivamente en el mantenimiento a largo plazo de los recursos productivos y en la mitigación y adaptación frente a los efectos climáticos. Este esquema permite minimizar riesgos productivos y apoyar a los productores en la generación de un retorno positivo de inversión.
La estrategia está dando resultados: para varios productores la asociatividad ha sido una forma de reducir costos (Se asocian para comprar más barato: https://idp.cimmyt.org/se-asocian-para-comprar-mas-barato/), para otros una oportunidad de fortalecer el tejido social de sus comunidades (Asociatividad en el medio rural, más que solo compras consolidadas: https://idp.cimmyt.org/asociatividad-en-el-medio-rural-mas-que-solo-compras-consolidadas/), e incluso una manera de rescatar prácticas organizativas tradicionales como el tequio (Rescatan prácticas organizativas para aumentar la rentabilidad agrícola: https://idp.cimmyt.org/rescatan-practicas-organizativas-para-aumentar-la-rentabilidad-agricola/).
A través de la capacitación y el acompañamiento directo por parte de consultores se busca que los productores tengan una escala productiva, económica y organizativa que les permita acceder al crédito. Para el proyecto, este elemento es clave ya que permite la integración de un grupo de productores que, eventualmente, podrán apoyarse, tener mayor capacidad productiva y organizativa para que puedan en conjunto solicitar un crédito para desarrollar o expandir sus actividades.