Por: Emma Castolo-Calderón, Red_InnovAC
25 de mayo de 2017.
Morelia, Mich.– Como continuación del segundo curso-taller de especialización Manejo Agroecológico de Plagas (MAP II) se llevó a cabo el tercer día de sesiones del módulo 2, con la participación de 24 profesionistas de 13 estados del país, cuya finalidad es conocer y comprender los ciclos vitales de la plaga, la etapa del cultivo en que se producen los daños, los distintos enemigos naturales que regulan las poblaciones de las plagas, las etapas de mayor susceptibilidad y en qué momento o bajo qué condiciones ocurren los mayores índices de infestación en el cultivo.
En esta ocasión estuvo como ponente invitada la doctora Ek del Val, investigadora de la UNAM, quien habló de la importancia de la interacción que existe entre insectos fitófagos-entomófagos y plantas. Para entrar de lleno en el tema, inició con una descripción de cada uno y mencionó algunas especies que pertenecen a estos grupos, dio detalles de las especies existentes y algunos daños que causan problemas a las plantas.
Se mencionaron los principales métodos de defensa, donde la nutrición es un factor importante, como: el escape, en el cual las plantas presentan follaje cuando los insectos no están en grandes cantidades o se encuentran hibernando. Así mismo, la resistencia y tolerancia son mecanismos de defensa, la planta utiliza la resistencia para enfermar, repeler o disuadir a otras especies, en cambio, la tolerancia es la capacidad que tiene una planta para soportar los daños causados. También existen resitencias químicas y físicas; las primeras secretan sustancias que pueden llegar a intoxicar a los insectos, y en las otras se pueden generar barreras como el engrosamiento de la cutícula, por mencionar alguna.
La doctora hizo énfasis sobre la importancia que tienen las plantas para poder desarrollar sustancias que favorecen a insectos benéficos e incluso a otros, con los que se generan asociaciones. Un caso específico es el de las hormigas, ya que la planta genera glucógeno (azúcares), alimento importante para este insecto; a cambio la planta es protegida de algunos insectos fitófagos (plagas).
Otro tema que se expuso fue la depredación mediante el uso de parasitoides, 10% de los insectos a escala mundial son parasitoides y depredadores que se podrían clasificar en tipos 1, 2 y 3; la variación dependerá de la cantidad de insectos. También es importante conocer los ciclos y saber que siempre están relacionados los depredadores y la plaga, es decir, si existe aumento de plagas, los depredadores aumentan y, por ende, hay mayor alimento. Posteriormente la plaga colapsa y los depredadores también disminuyen, porque no hay disponibilidad de alimento.
En el mutualismo defensivo, como el caso de las hormigas, la planta provee un lugar donde se hospedan y se genera alimento como polen y azúcares. Además se resguarda la planta de insectos dañinos. En el caso de tróficos, por ejemplo, con las micorrizas, existe un gran beneficio en el potencial hídrico, ya que favorecen con mayor humedad. Al igual que los rizobium, tienen una asociación importante en la nutrición de plantas. En cuanto a la dispersión, un ejemplo son los polinizadores, que favorecen en la dispersión de semillas. Dos terceras partes de las plantas con flores requieren de la polinización y 70% de las plantas que producimos requieren de polinización hecha por insectos, en tanto que otras plantas, como los pastos, se polinizan mediante el viento.
Por último, se hizo hincapié en la riqueza vegetal y gran diversidad que existe y que no se ha apreciado.
El mismo día, ante el doctor Hipólito Cortez, experto en el control biológico por conservación, los asistentes mostraron gran interés ya que este tipo de manejo es un tema poco hablado, lo que favoreció el desarrollo de su exposición y una experiencia dinámica.
El control biológico por conservación no es únicamente para la planta o los insectos, más bien es es con la naturaleza en general; por tal motivo, los problemas que se han ocasionado son el resultado de las acciones humanas también. Lamentablemente no se conocen las causas específicas que originan las plagas, por ello se deben tener refugios artificiales, diversidad vegetal, hospederos alternos, dispositivos para la cría e incremento de especies en campo para favorecer la conservación.
Los agroquímicos organosintéticos han incrementado la incidencia de plagas, ya que con ellos rompemos el equilibrio, se genera resistencia y se da paso a la evolución más rápidamente, lo cual ha derivado en un manejo irracional de plaguicidas que se describe como el manejo integrado de plagas (MIP).
Para finalizar, se mencionó que la biodivesidad vegetal es importante y no se toma en cuenta, como las malezas, que con un buen manejo pueden servir de barreras para tener condiciones equilibradas. Otro ejemplo serían la plantas que tienen nectarios extraflorales, lo cual favorece a los enemigos naturales al brindarles alimento en alguna de las etapas de su ciclo biológico. Los enemigos naturales son parte fundamental del manejo agroecológico, por lo que es necesario tener en cuenta diferentes técnicas, ya que el control biológico implica un conocimiento mayor de especies vegetales, insectos y su biología, para así generar un impacto puntual.
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