Ocotlán, Jal.- En la región Ciénega de Jalisco alrededor de 90% de la superficie agrícola de temporal se siembra con maíz; 8%, con sorgo; y el resto, con otros cultivos (SIAP, 2019). Si bien las condiciones agroecológicas son propicias para la producción de cereales, las grandes extensiones dedicadas al monocultivo pueden presentar (y representar) problemas a largo plazo: pérdida de la biodiversidad y la fertilidad de suelo; mayor susceptibilidad de los cultivos a las plagas, enfermedades y malezas; y, por lo tanto, mayor consumo de agroquímicos con efectos negativos en la salud y el ambiente.
Una medida para prevenir estas consecuencias negativas es la rotación de cultivos, práctica sustentable que, por sus amplios beneficios, constituye uno de los principios de la Agricultura de Conservación. La rotación de cultivos mejora el balance de nutrientes y permite aumentar la materia orgánica en los suelos; ayuda a aprovechar mejor el agua; y tiene un efecto regulatorio sobre las poblaciones de plagas, malezas y enfermedades.
El girasol (Helianthus annuus) representa una buena opción para la rotación. Al ser un cultivo de ciclo corto, tiene buena respuesta a condiciones limitadas de lluvias y mayor tolerancia a la sequía que los cultivos básicos. Además de que puede usarse como forraje en la alimentación animal, es muy apreciado por la industria aceitera y tiene gran potencial, ya que actualmente la producción nacional solo satisface alrededor de 15% de los requerimientos del país (Gómez et al., 2013).
Durante el ciclo primavera-verano 2019, en la plataforma de investigación Ocotlán —donde colaboran Xochicentli y el Hub Bajío, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se evalúo el girasol como cultivo alternativo para rotación en condiciones de temporal, obteniendo buenos resultados. El rendimiento promedio fue de 3.4 toneladas por hectárea (con un costo de producción de $9,000 por hectárea), alcanzando una relación beneficio-costo de 1.22. En otras palabras, se trata de un cultivo rentable.
Si bien estos son los resultados de un primer ciclo (debiéndose evaluar aún durante más ciclos agrícolas), el girasol se perfila como una buena opción para la región Ciénega de Jalisco. Esta especie, además de los beneficios para la rentabilidad de las parcelas, ayuda también a mantener la biodiversidad: al producir grandes cantidades de néctar, atrae a numerosos polinizadores, como las abejas.
Este estudio es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!
Referencias:
Gómez, R., Hernández, M., Gómez, R., Martínez, E., Zarazúa, M. A. y Ramos, F. (2013). Tecnología para la producción de girasol en el estado de Hidalgo. Folleto Técnico, 5. INIFAP.
SAGARPA. Oleaginosas (canola, cártamo, girasol y soya) mexicanas. Planeación agrícola nacional 2017-2030.