Oaxaca es un estado caracterizado por su diversidad agroecológica, donde la combinación única de climas y tipos de suelo define la capacidad productiva de las distintas variedades de maíz, tanto nativas como mejoradas. Sin embargo, esta riqueza natural enfrenta desafíos significativos que afectan la producción de maíz en la región.
La agricultura oaxaqueña, especialmente la producción de maíz, se lleva a cabo mayoritariamente en pequeñas superficies durante la temporada primavera-verano. A pesar de la riqueza de variedades nativas y la implementación de cultivos locales, los agricultores enfrentan rendimientos bajos y utilidades reducidas. Estos problemas se ven exacerbados por la creciente escasez de mano de obra, los altos costos de los jornales, y el uso persistente de técnicas convencionales de labranza que aceleran la degradación del suelo y aumentan los riesgos de erosión.
En este contexto, Oaxaca presenta una variedad de sistemas productivos, desde la tradicional milpa hasta sistemas mecanizados, cada uno con desafíos particulares. Por ejemplo, en las milpas, la baja cobertura del suelo debido a las prácticas de quema agrícola, suelos delgados y pedregosos, pendientes pronunciadas, y la migración que reduce la mano de obra, limitan la productividad y sostenibilidad. En los sistemas manuales y mecanizados, los agricultores enfrentan problemas como el uso ineficiente de fertilizantes, compactación y degradación química de los suelos, y una dependencia excesiva de agroquímicos y maquinaria externa.
Para enfrentar estos retos, el proyecto “Fortalecimiento del sistema agroalimentario enfocado en la producción de maíz para la seguridad alimentaria y el abasto sustentable de granos en el estado de Oaxaca”, liderado por la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) en colaboración con el CIMMYT, promueve un conjunto integral de innovaciones sustentables. Estas incluyen la agricultura de conservación, la diversificación de cultivos, una mecanización adecuada, el manejo agroecológico de plagas, y la implementación de sistemas de poscosecha y bancos de semillas, entre otras tecnologías clave.
Uno de los pilares de este proyecto es la “formación de formadores”, un enfoque que busca multiplicar el impacto de las innovaciones mediante la capacitación de técnicos especializados. Estos técnicos no solo adquieren conocimientos avanzados, sino que están preparados para transmitirlos a otros extensionistas, quienes a su vez, brindarán acompañamiento y servicios técnicos de alta calidad a los productores locales. De esta manera, se fortalece la capacidad técnica del personal involucrado en los programas de “Abasto Seguro” y “Autosuficiencia Alimentaria” promovidos por SEFADER, asegurando que los agricultores de Oaxaca tengan acceso a las mejores prácticas agrícolas disponibles.
El curso de capacitación, que comenzó en junio en la sede global del CIMMYT en Texcoco, Estado de México, ahora continúa en Oaxaca. Los espacios han sido definidos estratégicamente por la SEFADER en colaboración con el Hub Pacífico Sur de CIMMYT para ofrecer una formación integral que se complementa con una red de seis plataformas de investigación distribuidas en las diversas agroecologías de Oaxaca. Estas plataformas no solo validan las innovaciones tecnológicas, sino que también facilitan su transferencia a técnicos y productores, asegurando que las soluciones desarrolladas sean aplicables y beneficiosas en el contexto real de los agricultores oaxaqueños.
Este esfuerzo conjunto entre SEFADER y CIMMYT representa un paso significativo hacia la construcción de una agricultura más sustentable y resiliente en Oaxaca, donde cada innovación adoptada por los productores se traduce en una mayor seguridad alimentaria y en la preservación del valioso patrimonio agrícola de la región.