“El diagnóstico planteado por el equipo del presidente electo en el Proyecto de Nación 2018-2024 en materia alimentaria apunta en la dirección correcta”, argumenta Eduardo Sojo, catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) en una editorial de opinión publicada en el diario El Financiero el 20 de septiembre de 2018.
Sojo aboga por reducir la dependencia de México sobre los productos alimenticios importados más consumidos por los mexicanos, como los granos integrales, las legumbres, los productos lácteos y la carne, pero considera que el intento de alcanzar la autosuficiencia es una “utopía”.
El académico argumenta a favor de aumentar la producción de maíz amarillo de México para reducir la dependencia con Estados Unidos, país que suministra 99 por ciento de las importaciones de maíz amarillo. El principal obstáculo para aumentar la productividad del sector agrícola del país es su “enorme heterogeneidad”. Basado en estadísticas oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Sojo señala las notables diferencias entre el rendimiento del maíz amarillo producido bajo riego (8.6 toneladas por hectárea) y en condiciones de temporal (2.3 toneladas por hectárea).
Para cerrar la brecha de rendimiento, el experto recomienda al nuevo gobierno continuar invirtiendo en el programa de mejoramiento de maíz para México del CIMMYT, como lo es MasAgro. “Para incrementar los rendimientos y la utilidad de los productores resulta fundamental implementar programas de capacitación y organización de productores, y un programa masivo de extensionismo rural, complementado con la ampliación de los proyectos de mejoramiento de semillas que ya han sido probados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).”
