Una nueva investigación agrícola sobre la mano de obra en el este y sur de África, encontró que la falta de energía agrícola está costando productividad a los pequeños agricultores, lo que demuestra una demanda de mecanización mucho mayor de lo que se piensa comúnmente.
El estudio identificó que los hogares agrícolas africanos dependen mucho más de los mercados laborales y que, contrario a lo que se suponía anteriormente, están más dispuestos a contratar servicios de mecanización. Los hallazgos piden a los gobiernos de la región crear un entorno propicio para promover la mecanización adecuada para los pequeños agricultores, dijo el investigador Frédéric Baudron, agrónomo de sistemas de cultivo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
“La gran cantidad de hogares que ya está contratando la energía agrícola desafía los mitos comunes que sugieren que las granjas de los pequeños agricultores dependen casi completamente de la mano de obra, como la proporcionada por los miembros de la familia. La demanda de energía mecanizada está ahí, pero el abastecimiento no y ese es el problema”, explicó.
A diferencia de los estudios anteriores, la investigación evitó los indicadores a nivel de país, como la proporción de tierras en barbecho o la densidad de población, para evaluar la necesidad de operaciones agrícolas mecanizadas. Reunió datos laborales detallados de hogares en ocho sitios dominados por pequeños agricultores en Etiopía, Kenia, Tanzania y Zimbabue.
El estudio demostró que los hogares que invierten en energía agrícola mejoran la producción de alimentos.
“Para aumentar la productividad agrícola, la rentabilidad y la sostenibilidad, los agricultores africanos necesitan un mayor acceso a maquinaria agrícola asequible para optimizar los procesos”, dijo Baudron.
La mecanización adecuada a pequeña escala para las granjas pequeñas — como las tecnologías basadas en tractores de dos ruedas, incluidos los plantadores directos — representa un alejamiento de las estrategias de mecanización convencionales que dependen de máquinas grandes, lo que lleva a la consolidación de la tierra y la desaparición de granjas pequeñas que de lo contrario serían productivas, dijo Baudron.“Los gobiernos de la región deben crear un entorno propicio para que se desarrollen las cadenas de suministro de mecanización”, explicó. “Esto incluye la creación de instrumentos de política de mecanización, como subsidios y capacitación, que responden aún más a la demanda de los pequeños agricultores”.
La capacitación y el apoyo a los proveedores de servicios contratados ha demostrado mejorar el acceso equitativo a la mecanización, lo que reduce el trabajo pesado y promueve prácticas de intensificación sostenibles.
La investigación también presentó un análisis más matizado de las interrelaciones entre el trabajo masculino y femenino que generalmente se presenta en los estudios académicos. Se descubrió que las mujeres proporcionan menos mano de obra que los hombres y la mano de obra contratada, y sugiere que la reducción del trabajo pesado de las mujeres depende de entender las tareas de los hombres y mejorarlas como un proceso de doble vía.
En todos los sitios donde se estudió a las mujeres rurales, se encontró que la prioridad para la mecanización debería darse al establecimiento de cultivos, lo que beneficiaría tanto a hombres como a mujeres. La preparación de la tierra y la siembra son tareas que suelen realizar los hombres, pero su optimización influye en las tareas de deshierbe y poscosecha, comúnmente realizadas por mujeres.
“Estas interconexiones entre las tareas de hombres y mujeres rara vez se han mencionado antes, y deberían aprovecharse para intervenciones de sensibilidad de género”, dijo Baudron.
Cinco mitos persistentes relacionados con el trabajo de los pequeños agricultores en África
Mito 1: El trabajo es abundante y barato; por tanto, la energía agrícola no limita la productividad
Realidad: Se cree que la energía agrícola no limita la productividad porque hay una cantidad abundante de opciones de mano de obra barata en el sur y el este de África. Sin embargo, el estudio mostró que la falta de energía agrícola está frenando la productividad e ilustró una demanda de mecanización mucho mayor que los análisis macroeconómicos, lo que apunta a un problema de acceso en lugar de una falta de demanda. Se reveló la importancia del trabajo u otras fuentes de energía agrícola para explicar la variabilidad de la productividad de la tierra. También se descubrió que las inversiones en energía agrícola en las granjas mejoraron la productividad de la tierra.
Mito 2: La mayor parte del trabajo es provisto por mujeres
Realidad: En los ocho sitios estudiados, se encontró que las mujeres aportaban solo del 7 al 35 % de la mano de obra invertida en la agricultura familiar, mucho menos que el porcentaje supuesto de 60 a 80 %. En general, el estudio agrícola encontró que las mujeres tendían a proporcionar menos mano de obra para la agricultura que los hombres y la mano de obra contratada. Incluso cuando solo se consideraban los hogares encabezados por mujeres, las mujeres eran solo las principales proveedoras de mano de obra en la mitad de los sitios — la mano de obra contratada o los niños eran los principales proveedores de trabajo.
La mayor parte de la mano de obra femenina solía invertirse en actividades caracterizadas particularmente por un alto nivel de pesadez, escarda y postcosecha, aunque esto variaba entre los sitios. El deshierbe también fue la tarea principal realizada por los hombres en cuatro de los sitios estudiados. De hecho, el estudio reveló que el deshierbe solía ser una tarea compartida entre hombres, mujeres, niños y mano de obra contratada, y no tan dominada por el trabajo femenino como comúnmente se piensa.
Mito 3: Las tareas agrícolas se realizan casi en su totalidad por el trabajo familiar
Realidad: El estudio mostró que la mayoría de los hogares agrícolas en la región contratan mano de obra para completar las tareas agrícolas. La energía contratada incluía mano de obra, animales de tiro y, en menor cantidad, tractores.
Esto desafía la opinión común de que África está dominada por granjas familiares que, según la FAO, “dependen principalmente del trabajo de los miembros de la familia” y, por tanto, están más interesados en contratar servicios de mecanización.
Mito 4: La consolidación, al permitir una mecanización “eficiente” tendría un impacto positivo en la productividad agrícola
Realidad: El estudio encontró que la productividad máxima de la tierra que una granja puede lograr disminuye con el aumento del área de la granja en la mayoría de los sitios. Esto respalda la llamada “relación negativa del tamaño de la granja – productividad” que se ha reportado en otros estudios en el este y sur de África.
La mecanización no debe ser una causa de consolidación, sino que debe ser impulsada por el desarrollo económico. El concepto de “mecanización apropiada” adoptado por el CIMMYT sostiene que las máquinas deben adaptarse al tamaño de la granja, y no a la inversa. Las iniciativas de investigación y desarrollo recientes que tiene lugar en la región apuntan a la posibilidad de utilizar tractores pequeños de un solo eje para la mecanización agrícola en áreas donde predominan los campos de cultivo pequeños y fragmentados.
Mito 5: La agricultura africana se caracteriza por una amplia brecha de género
Realidad: La investigación en los ocho sitios proporcionó poca evidencia de una brecha de género consistente. Se encontró que la productividad de la tierra no difiere significativamente entre los hogares encabezados por hombres y los hogares encabezados por mujeres.
La investigación sugiere que la evidencia limitada de cualquier brecha de género sustancial puede deberse al hecho de que los recursos son altamente inadecuados en todos los sitios, lo que limita la manifestación de grandes desigualdades. Esto no es para negar la utilidad de las intervenciones actuales dirigidas a hogares encabezados por mujeres, sino para resaltar la importancia de preservar, fortalecer y aprovechar los mecanismos sociales en las comunidades rurales.
Lea el estudio completo:
“Una evaluación agrícola del trabajo y la mecanización en el este y sur de África.”
Para obtener más información sobre la mecanización agrícola adecuada a pequeña escala en África