Las tareas vitales para que cada país reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y sus limitadas salidas de carbono son desalentadoras, especialmente con los plazos de 2030 impuestos por el Acuerdo de París a sólo ocho años de distancia. Las partes interesadas nacionales se beneficiarían enormemente de hojas de ruta que identifiquen hitos realistas y alcanzables para señalar el camino a seguir.
Los investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han proporcionado precisamente esa ruta. Utilizando datos fácilmente disponibles, desarrollaron métodos de evaluación rápida y costos de adopción para la mitigación relacionada con los cultivos, la ganadería y la silvicultura, con el fin de identificar lugares y acciones prioritarias. Su artículo se publicó en Carbon Management.
Aplicando estos métodos para México, los investigadores hallaron un potencial nacional de mitigación de 87.88 millones de toneladas métricas (Mt) equivalentes de dióxido de carbono al año.
“Ante un problema tan abrumador como el cambio climático, puede resultar difícil para una persona, una organización y, sobre todo, para toda una nación saber por dónde empezar. Hemos desarrollado un marco de evaluación rápida, probado en India, Bangladesh y México, pero creemos que otras naciones también pueden utilizar nuestros métodos”, afirma Tek Sapkota, director del proyecto y primer autor del trabajo.
La investigación se centró específicamente en la mitigación del cambio climático en la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra (AFOLU). La agricultura y el cambio de uso de la tierra relacionado contribuyeron con alrededor del 23% de las emisiones antropogénicas de GEI del mundo en 2016, y se espera que esa cifra aumente a medida que sea necesario producir más alimentos para la creciente población mundial.
El punto de partida de los investigadores fue cuantificar las emisiones de referencia y analizar las principales fuentes de emisión. El sector AFOLU de México es responsable del 14.5% del total nacional de emisiones de GEI. En el sector agropecuario de México, las emisiones de metano y óxido nitroso proceden de las actividades ganaderas (fermentación entérica y fertilizantes), así como de las actividades agrícolas (gestión del suelo y quema de residuos de cultivos en el campo). En cuanto al uso de la tierra, las emisiones y absorciones de dióxido de carbono se derivan de los cambios en las tierras forestales, los pastos, las tierras agrícolas, los humedales y los asentamientos.
Entre las actividades identificadas para la mitigación de GEI en la producción de cultivos se incluye evitar las subvenciones a los fertilizantes, ya que éstas tienden a recompensar el uso ineficiente del nitrógeno. Sin embargo, las subvenciones podrían ser útiles para animar a los agricultores a adoptar una gestión más eficiente del nitrógeno. La nivelación de precisión de los campos de cultivo puede ayudar a reducir las emisiones de GEI al reducir el tiempo de cultivo y mejorar la eficiencia de los fertilizantes y el agua de riego, así como la adopción de prácticas de agricultura de conservación, como la labranza cero.
“La adopción de estas prácticas no sólo reducirá las emisiones de GEI, sino que también ayudará a aumentar la productividad”, afirmó Iván Ortiz-Monasterio, coautor y coordinador en México del estudio.
En el sector ganadero, las posibilidades de mitigación identificadas son la creación de programas oficiales, el apoyo financiero y la capacitación en compostaje y biodigestores. En el sector AFOLU, los investigadores identificaron opciones como la deforestación cero y la compensación de C en el mercado.
Además de trazar los beneficios de mitigación de actividades específicas, los investigadores también consideraron los costes asociados a la ejecución de dichas actividades. “El examen de estas actividades junto con el costo de su ejecución proporciona una imagen completa a los organismos de ejecución para identificar y priorizar sus esfuerzos de mitigación en consonancia con sus objetivos de desarrollo”, afirmó Sapkota. Por ejemplo, algunos esfuerzos, como el aumento de la eficiencia en el uso del nitrógeno, no proporcionan los mayores beneficios climáticos pero son relativamente baratos de realizar, mientras que el establecimiento y mantenimiento de mercados de captura de carbono proporciona grandes reducciones de GEI, pero pueden ser caros de implementar.
Los investigadores examinaron los datos espaciales de AFLOU disponibles públicamente para cada estado mexicano. A nivel estatal, los potenciales de mitigación de AFOLU fueron mayores en Chiapas (13 Mt CO2eq), seguido de Campeche (8Mt CO2eq), lo que indica que estos estados pueden considerarse los más prioritarios para los esfuerzos de mitigación. Identificaron otros 11 estados (Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán, Jalisco, Sonora, Veracruz, Durango, Chihuahua, Puebla, Michoacán y Guerrero) como medianamente prioritarios, con potenciales de mitigación de 2.5 a 6.5 Mt CO2eq.
“Nuestros resultados, basados en datos y evidencias, pueden ayudar al gobierno de México a afinar su inventario nacional de GEI y su objetivo de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, así como a monitorear los avances”, dijo Eva Wollenberg, coordinadora general del estudio y profesora investigadora de la Universidad de Vermont, Estados Unidos. “Este análisis proporciona además un ejemplo de metodología y resultados para ayudar a informar futuros esfuerzos en otros países además de México”.
Foto de portada: Maíz bajo en nitrógeno (al frente) y alto en nitrógeno (atrás) sembrado para abordar la eficiencia en el uso del nitrógeno. (Foto: Iván Ortiz-Monasterio/CIMMYT)