La agricultura de conservación es un sistema de producción sustentable cuyos beneficios varían dependiendo del cultivo, el suelo, las condiciones de lluvia, así como de las prácticas agrícolas con que se acompaña a sus componentes básicos —mínimo movimiento del suelo, aprovechamiento del rastrojo como cobertura y diversificación de cultivos—. Cuando es bien implementado es un sistema del que hay suficientes pruebas de mejoras en las condiciones del suelo, reducción en las emisiones de CO2 y reducciones significativas en los costos de producción.
¿Por qué a pesar de los resultados positivos que brinda la agricultura de conservación sus tasas de adopción siguen siendo bajas, particularmente entre los agricultores de pequeña escala? A partir de esta pregunta un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha publicado recientemente un estudio sobre el desarrollo de capacidades para escalar la agricultura de conservación en sistemas agrícolas de pequeña escala en América Latina, el sur de Asia y el sur de África.
Normalmente, la idea de escalamiento que prevalece en muchas organizaciones es la de llegar a más usuarios finales capacitando a más personas cada vez. Sin embargo, esta idea representa un enfoque simplista de un proceso que es mucho más rico y complejo que la simple capacitación individual. En este sentido, el estudio pone particular énfasis en exponer aquellas dimensiones del escalamiento que habitualmente quedan ocultas, pero que son fundamentales.
Los niveles de organización, cooperación y entorno propicio son ejemplos de los otros niveles de desarrollo de capacidades. Sobre estos, generalmente hay poca conciencia y orientación para diseñar e implementar estrategias que permitan abordar de una forma más integral los proyectos que buscan escalarse.
En este sentido, y ante la ausencia de un marco conceptual que permita planificar y evaluar el desarrollo de capacidades para escalar las diferentes innovaciones, el estudio propone un marco conceptual para escalar innovaciones complejas en sistemas agrícolas de pequeña escala que “puede servir como modelo para que otras iniciativas busquen y promuevan ejemplos concretos de lo que implican los diversos niveles de desarrollo de capacidades para su público objetivo”, señala el artículo.
“Estamos abogando por una mayor atención al desarrollo de capacidades más allá del nivel individual y por una mayor intencionalidad en el diseño e implementación de actividades que aborden el desarrollo de capacidades a nivel organizacional, de cooperación y del sistema, ya que estos son críticos para la transición a sistemas alimentarios sostenibles, justos y resilientes”, comentan los autores del estudio que puede leerse completo aquí.