Como parte de las acciones de inclusión social y cultural de los productores, el Proyecto Buena Milpa Guatemala promueve la revalorización de los conocimientos ancestrales mediante talleres de capacitación, foros, actividades culturales y exposiciones fotográficas.
Por: Nadia Waleska Rivera, coordinadora de Comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.
Huehuetenango, Guatemala.- El maíz, Ixim, fue, es y será el punto de convergencia de las diversas culturas de origen maya. Este sagrado alimento juega un papel importante en la vida espiritual y cultural de los pueblos originarios. Es mediante ceremonias mayas que las familias de productores piden y agradecen a Qajwil (creador y formador del universo) por una buena producción de alimentos; esto lo realizan de acuerdo con la época: la preparación del suelo para el cultivo de maíz, la siembra del maíz, el corte de las primeras hojas de la milpa, el aprovechamiento de los elotes, la dobla de la milpa, la cosecha y el cierre del ciclo agrícola.
Por cada ciclo agrícola, la tradición es realizar ofrendas de agradecimiento. Actualmente, varias familias de productores que pertenecen a la comunidad lingüística maya mam —de varias comunidades de Todos Santos Cuchumatán— y forman parte de la Asociación de Agricultores Tinecos (Adat), organización de base de la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch), se han dado a la tarea de promover estas prácticas ancestrales que forman parte de la vida cultural y espiritual del pueblo mam para que las nuevas generaciones se apropien de ellas y no se pierdan, ya que son parte de la convivencia cultural y deben permanecer, indican Manuel Cruz y Nazario Ramos, participantes innovadores y activos del Proyecto Buena Milpa de Tuipat, Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango.
“Los conocimientos locales e indígenas hacen referencia al saber y a las habilidades y filosofías que han sido desarrolladas por sociedades de larga historia de interacción con su medioambiente. Para los pueblos rurales e indígenas, el conocimiento local establece la base para la toma de decisiones en aspectos fundamentales de la vida cotidiana. Este conocimiento forma parte integral de un sistema cultural que combina el idioma, los sistemas de clasificación, las prácticas de utilización de recursos, las interacciones sociales, los rituales y la espiritualidad. Estos sistemas únicos de conocimiento son elementos importantes de la diversidad cultural mundial y son la base de un desarrollo sostenible adaptado al modo de vida local” (UNESCO, 2017).
Como parte de las acciones de inclusión social y cultural del Proyecto Buena Milpa Guatemala, se promueve la revalorización de los conocimientos ancestrales mediante talleres de capacitación, foros, actividades culturales y exposiciones fotográficas que muestran y promueven los conocimientos locales de la vida social y cultural de los productores. Estas acciones se realizan con la finalidad de lograr un impacto positivo en la implementación de nuevas tecnologías agrícolas que se complementan con los conocimientos locales. Con la inclusión cultural se han obtenido mejores resultados porque se toman en cuenta los elementos que rigen la vida de las comunidades donde interviene el Proyecto Buena Milpa. Un ejemplo claro es el respeto y la veneración a las semillas que realizan los productores mediante ceremonias mayas como parte mitológica de la preservación de las semillas nativas y el cuidado de la tierra, con todos los elementos que resguarda la naturaleza y que se complementan entre sí para ofrecer un buen vivir a las comunidades.
Alegres y sonrientes, estos productores recuerdan muchas de las prácticas culturales que realizaban sus antepasados y que, por la imposición cultural occidental, fueron perdiendo varios elementos, pero que ahora están promoviendo para poder proteger y conservar parte de su cultura.
En esta ocasión, para pedir una buena cosecha, estas familias de productores convergieron en un lugar específico conocido como altar maya, el cual está ubicado en la cúspide de una montaña y fue identificado por los antepasados como un lugar energético y sagrado que fue heredado para realizar ofrendas de agradecimiento a Qajwil. Este presente consistió en realizar el sagrado fuego y elevar las peticiones y los agradecimientos con materiales locales: pom (copal), candelas del color de los cuatro maíces (amarillo, blanco, rojo y negro), mirra, cuilco, azúcar, panela (piloncillo) e incienso.
Para las culturas indígenas, las semillas no son únicamente insumos, son parte del desarrollo cultural relacionado con la alimentación familiar y el conocimiento ancestral. Al proteger y mejorar las semillas, se preserva la cultura y se garantiza la continuidad del conocimiento ligado a ellas, es por ello la importancia de tomar en cuenta los conocimientos locales para implementar nuevas tecnologías con productores, para que sean sostenibles; trabajo que realiza la organización de base de Asocuch, que colabora con Buena Milpa en el municipio Todos Santos.