Un artículo reciente en la revista Nature Plants valida el trabajo de los mejoradores de trigo que producen variedades que aumentan el rendimiento para los agricultores en una amplia gama de ingresos y entornos.
Basados en un riguroso estudio a gran escala que abarca cinco décadas del progreso del mejoramiento de trigo en sistemas de cultivo con un nivel de uso bajo, medio y alto de fertilizantes y el uso de productos químicos fitosanitarios, los autores concluyen que las prácticas modernas del mejoramiento de trigo dirigidas a sistemas agrícolas de alto insumo han promovido beneficios genéticos y estabilidad de rendimiento en una amplia gama de entornos y condiciones de gestión.
En otras palabras, el mejoramiento de trigo beneficia no solo a los agricultores de gran escala y altos insumos, sino también a los pequeños agricultores de escasos recursos que no usan grandes cantidades de fertilizantes, fungicidas y otros insumos.
Este hallazgo subraya la eficiencia de un esfuerzo de mejoramiento centralizado para mejorar los medios de vida en todo el mundo: la filosofía detrás de los programas de mejoramiento del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) durante los últimos 50 años.
Además, el estudio contradice la creencia generalizada de que el mejoramiento para los sistemas intensivos es perjudicial para el rendimiento en entornos de cultivo más marginales, y refuta un argumento de los críticos de la Revolución Verde, el cual menciona que el mejoramiento debe estar dirigido a agricultores de escasos recursos.
En un comentario publicado en el mismo número de Nature Plants, dos científicos del CIMMYT, Hans Braun, director del Programa de Investigación del Trigo del CGIAR y Matthew Reynolds, fisiólogo del trigo del CIMMYT, notan la importancia del estudio.
“Dado que el trigo es el cultivo con más producción en el mundo, se siembra anualmente en alrededor de 220 millones de hectáreas y proporciona aproximadamente el 20 % de las calorías y proteínas humanas, las implicaciones sociales y económicas son grandes”, afirman.
Otras implicaciones:
- El estudio encontró que el mejoramiento moderno ha reducido los grupos de genes (haplotipos) con efectos negativos o neutros – un hallazgo que ayudará a los mejoradores a combinar haplotipos en el futuro, incluso para el mejoramiento híbrido.
- El estudio demuestra que los beneficios del mejoramiento para el potencial de rendimiento general – dado que el trigo, a diferencia de cualquier otro cultivo, crece en un rango más amplio de ambientes, altitudes y latitudes, y con insumos agronómicos de alto alcance – tienen importantes implicaciones de ahorro de costos.
Braun y Reynolds reconocen que las creencias desafiadas por este estudio contienen una variedad de influencias, desde la preocupación por los medios de vida rurales, hasta el papel de las agroindustrias corporativas y la capacidad de los recursos naturales de la Tierra para sostener a 10 mil millones de personas.
Si bien aceptan las conclusiones como una validación de su trabajo, advierten que no se debe considerar el estudio como “una simple formalidad” y alientan la apertura a nuevas ideas a medida que surja la necesidad.
“Si el clima empeora, como parece estar sucediendo, debemos estar abiertos a nuevas formas de hacer negocios para mejorar los cultivos, teniendo el sentido común de adoptar tecnologías probadas”, concluyen.