El Informe sobre la Productividad Agrícola Global (GAP, en inglés) 2021 advierte que los agricultores y los trabajadores del sector alimentario de todo el mundo se enfrentan al intimidante reto de producir alimentos de forma sostenible en un entorno que se está degradando. La desaceleración económica mundial y el cambio climático dificultan aún más la situación.
El informe de este año, titulado Reforzar el clima para un crecimiento agrícola sostenible, sostiene que “es imperativo acelerar el crecimiento de la productividad en todas las escalas de producción para satisfacer las necesidades de los consumidores y hacer frente a las amenazas actuales y futuras al bienestar humano y medioambiental”.
El informe, elaborado por Virginia Tech, se presentó en el Diálogo Borlaug 2021, que forma parte de los actos del Premio Mundial de la Alimentación.
El modelo de asociación público-privada del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para la Iniciativa de Sistemas Agroalimentarios Integrados (IASI) contribuye a una de las seis estrategias clave que aceleran el crecimiento de la productividad, según el Informe GAP 2021.
“Nuestra metodología integrada involucra a los agricultores en los esfuerzos de investigación e innovación participativa, mejorando eficazmente los sistemas a pequeña escala”, dijo Bram Govaerts, director general del CIMMYT. “Esta estrategia, respaldada por los resultados, reduce las diferencias de rendimiento y aumenta la resiliencia a los efectos del cambio climático, con el objetivo principal de dar acceso a una mejor nutrición y a nuevas oportunidades de mercado.”
El conjunto de habilidades y conocimientos acumulados de los pequeños agricultores de todo el mundo da forma a los proyectos de desarrollo estratégico del CIMMYT.
“La Iniciativa de Sistemas Agroalimentarios Integrados (IASI) está diseñada para generar estrategias, acciones y objetivos cuantitativos, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que cuentan con un importante sustento de inversión pública y privada de apoyo”, concluye el Informe GAP.
El informe sostiene que la tecnología por sí misma no impulsa la productividad y la resiliencia. En su lugar, “las asociaciones desempeñan un papel importante en la mejora del capital humano: un conjunto de habilidades y conocimientos por parte de los productores y otros en la cadena de valor agrícola son esenciales en una época de pandemias”.