Los módulos de innovación instalados en el marco del proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario enfocado en la producción de maíz para la seguridad alimentaria y el abasto sustentable de granos en el estado de Oaxaca —de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el CIMMYT— tienen como objetivo principal implementar prácticas agrícolas sustentables adaptadas a las condiciones específicas de cada región de Oaxaca.
Un ejemplo claro de esta intervención se encuentra en la costa oaxaqueña, donde las prácticas agrícolas convencionales han propiciado problemas de degradación de suelos y uso ineficiente de insumos. Este desafío se ha abordado a través de la instalación de módulos de innovación, los cuales están transformando la forma en que los agricultores gestionan sus parcelas.
Los módulos de innovación son parcelas establecidas en terrenos de pequeños productores, con el propósito de demostrar nuevas técnicas y tecnologías agrícolas mediante una comparación lado a lado, un manejo del productor (convencional) y otro con innovaciones propuestas por el técnico. Estas parcelas actúan como “aulas vivientes”, donde tanto los productores como los técnicos pueden aprender de manera práctica y colaborativa. De acuerdo con Imelda Hernández Cortés, una de las coordinadoras en el programa de Autosuficiencia Alimentaria, de la SEFADER, en la costa de Oaxaca, estos módulos son clave para impulsar la adopción de prácticas más sustentables.
“El objetivo es que el técnico aplique las innovaciones en esa parcela, y de ahí los productores aprendan viendo y haciendo, y lo repliquen en sus propios espacios. Yo por ejemplo estoy a cargo de 17 técnicos y un técnico formador”, comenta Imelda, quien detalla que la estrategia de capacitación del proyecto sigue un modelo escalonado. Primero, los técnicos formadores son capacitados por especialistas de CIMMYT y otros centros de investigación en técnicas agrícolas de vanguardia, para luego transmitir ese conocimiento a los técnicos de campo que trabajan directamente con los productores.
Así, “cada técnico atiende a productores en dos o hasta tres municipios y con ellos establece los módulos de innovación donde se implementan tecnologías que van aprendiendo y que atienden los problemas locales. En esta zona, por ejemplo, tenemos productores en la parte alta de la costa, Santa Catarina Juquila, Tututepec, la parte alta de Pinotepa y otras localidades. Y bueno, en esta zona de la costa actualmente atendemos a cerca de 2 900 productores, pequeños productores cuyas parcelas van de media a una hectárea”, continúa Imelda, enfatizando en que los módulos de innovación ofrecen a estos productores la oportunidad de aprender sobre el uso adecuado de insumos como fertilizantes y el manejo del suelo, adaptando las prácticas a las características de cada terreno.
De manera convencional los agricultores de la costa de Oaxaca queman el rastrojo como método para preparar sus campos, una práctica puede ser dañina para la salud del suelo y el medioambiente. Sin embargo, bajo la guía de los técnicos del proyecto, esta práctica ha sido abandonada en muchos de los módulos establecidos.
“Aquí se da mucho la quema de los residuos de cosecha del año anterior y no hacen rotación de cultivos. Promovemos la no quema. Ya no se está permitiendo la quema en ninguno de los módulos, porque esos módulos los venimos trabajando desde el año pasado”, explica Imelda.
El cambio de mentalidad ha sido uno de los mayores logros del programa, ya que los productores han comenzado a implementar nuevas técnicas que preservan los recursos naturales. Además, se ha trabajado en la correcta dosificación y aplicación de fertilizantes, que es otra de las prácticas implementadas en los módulos.
“Antes los productores aplicaban el fertilizante ‘botadito’ a cada planta. Ahora tratamos de que entierren el fertilizante y fraccionen la aplicación durante el ciclo productivo del maíz, para que sea más eficiente”, comenta Imelda, para quien este ajuste en las técnicas de fertilización tiene un gran potencial en los rendimientos de los cultivos y en la reducción del uso excesivo de agroquímicos.
Así, los módulos de innovación en la costa de Oaxaca representan un ejemplo tangible de cómo la colaboración entre SEFADER y CIMMYT está ayudando a transformar la agricultura de la región. A través de la implementación de prácticas sostenibles y la capacitación constante, los agricultores de pequeña escala están mejorando la productividad de sus parcelas, mientras preservan los recursos naturales. Estos esfuerzos están sentando las bases para una agricultura más resiliente y autosuficiente, adaptada a las necesidades de los productores y al entorno único de cada región de Oaxaca.