El fitomejoramiento es una parte vital del sistema agroalimentario mundial, que permite a los científicos adaptar los cultivos a los factores ambientales en desarrollo, apoyar la mejora de la gestión de los cultivos e informar las intervenciones políticas sobre la producción mundial de alimentos. El reto para el fitomejoramiento aumenta cada año, a medida que los agricultores experimentan más los efectos del cambio climático, mientras que la población y la demanda de alimentos siguen creciendo.
Una investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha determinado que el cambio climático está afectando a los objetivos, la eficiencia y las ganancias genéticas del fitomejoramiento actual, provocando limitaciones en el enfoque del fitomejoramiento de la próxima generación.
El estudio concluye que el cambio climático requiere un ciclo de mejora más rápido y debe impulsar cambios en los objetivos de mejora, situando la resiliencia al clima como máxima prioridad.
«El riesgo de múltiples malas cosechas debido al cambio climático es muy real. La mejora genética debe ser más determinista en términos de adaptación si queremos evitar el alta de los precios de los alimentos, el hambre y el malestar social», afirmó Matthew Reynolds, científico distinguido y Jefe de Fisiología del Trigo en el CIMMYT.
Los retos que plantea el desarrollo de cultivos preparados para el clima se originan en la paradoja entre las necesidades urgentes de mejora genética provocadas por el cambio climático y la escasa comprensión de cómo interactúan los distintos genotipos con los climas. La integración de múltiples disciplinas y tecnologías, como el genotipado, el fenotipado y el envrotipado, puede contribuir al desarrollo y suministro de cultivos adaptados al clima en un plazo más breve.
Foto de portada: Cultivo de trigo en la estación experimental de Xuchang Henan, China. (Foto: Zhiqiang He/CIMMYT)