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El CIMMYT, “Arca de Noé” del maíz y el trigo

El CIMMYT opera en promedio 100 proyectos de investigación anuales, de los cuales 20 son grandes trabajos que involucran desde cinco y hasta 150 organizaciones diferentes a escala mundial.

Con información de conacytprensa.mx

26 de mayo de 2015.


Al referir la importancia del sector agroalimentario, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) señala que “el campo es un sector estratégico, a causa de su potencial para reducir la pobreza e incidir sobre el desarrollo regional. De cara al siglo XXI, el sector agrícola presenta muchas oportunidades para fortalecerse”.

El documento también precisa que entre los principales retos de este sector, se encuentra la falta de inversión en equipamiento e infraestructura, lo cual a su vez limita la incorporación de nuevas tecnologías al proceso productivo.

“Para incrementar la productividad del campo, se debe mejorar la organización y la escala productiva de los minifundios. Cerca de 80 por ciento de los productores agrícolas poseen predios menores a cinco hectáreas. En segundo lugar, la oportunidad y costo del financiamiento deben mejorar. Por un lado, solo el seis por ciento de las unidades de producción agropecuaria tiene acceso al crédito institucional”, agrega el PND.

En un escenario como ese, una respuesta que nace desde el propio Gobierno Federal para cumplir los objetivos delineados en el PND es la iniciativa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro), a cargo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), y que persigue como objetivo principal la seguridad alimentaria del país, pero que indirectamente beneficia la mejora en la productividad del campo.

De acuerdo con información contenida en el portal de MasAgro, se trata del plan “más original existente hasta el momento (…) para fortalecer la seguridad alimentaria a través de la investigación y el desarrollo, la generación de capacidades y la transferencia de tecnologías al campo, para que los pequeños y medianos productores de maíz y trigo obtengan rendimientos altos y estables, aumenten sus ingresos y contribuyan a mitigar los efectos del cambio climático en México”.

Este plan se desglosa en cuatro grandes ejes: MasAgro Biodiversidad, MasAgro Maíz, MasAgro Trigo y MasAgro Productor. Cada uno de éstos supone retos diferentes, los cuales deben ser resueltos por equipos multidisciplinarios. Pero, ¿qué institución u organismo cuenta con los recursos en investigación, financieros, de infraestructura y capacidad en general para atacar y resolver los problemas que plantea cada uno de los ejes contenidos en MasAgro?

Una estrategia que podría dar respuesta a esta pregunta tiene lugar en la llamada “triple hélice”, un concepto cada vez más utilizado por autoridades de los diferentes órdenes de gobierno, por la iniciativa privada y por la propia academia. Ante ello, el proyecto MasAgro encontró en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a su aliado estratégico por excelencia.

En entrevista con la Agencia Informativa CONACYT, Bram Govaerts, director asociado del Programa Global de Agricultura de Conservación del CIMMYT, explicó que el centro es una especie de “Arca de Noé del maíz y trigo”, que tiene como mandato trabajar en el desarrollo de ambos granos a escala mundial, pero con especial enfoque en los países en vías de desarrollo.

“El CIMMYT es un centro internacional, no es de nadie y es de todos; toda la investigación que hacemos automáticamente se convierte en patrimonio cultural, patrimonio de la humanidad. No tenemos un presupuesto base, trabajamos mediante donaciones y proyectos; las donaciones llegan principalmente de la Fundación Bill & Melinda Gates, de la Fundación Carlos Slim y de proyectos del gobierno”, abundó Bram Govaerts.

 

El CIMMYT, brazo ejecutor de la investigación internacional

Precisó que la labor del CIMMYT no se limita al escenario nacional, y que gracias a su alcance internacional, la infraestructura de ciencia es mucho más robusta y efectiva. Actualmente, detalló que el centro cuenta con presencia en 110 países, naciones que trabajan en una gran cantidad de proyectos multidisciplinarios.

Agregó que el CIMMYT opera en promedio 100 proyectos de investigación anuales, de los cuales 20 son grandes trabajos que involucran desde cinco y hasta 150 organizaciones diferentes a escala mundial. El resto, es decir los otros 80 proyectos, son trabajos de menor envergadura o incubadoras de otras grandes investigaciones.

“El papel que juega el CIMMYT es un rol catalizador, un rol de conexión hacia el mundo científico internacional. Lo que hemos logrado con las investigaciones realizadas en México es elevar el conocimiento a un nivel de proceso, al juntar esos trabajos con otros similares en nuestra red de investigación en todo el mundo”, abundó.

¿Cómo se logra?

De acuerdo con Bram Govaerts, la fortaleza del CIMMYT radica en el trabajo colaborativo, donde juega el papel de gran centro de captación de investigación. “El espíritu del CIMMYT es de colaboración, integración de información e incluso la traducción de investigaciones complejas en aplicaciones concretas para el productor”, detalló.

Ello les ha permitido mantener las semillas de maíz y trigo existentes, así como la generación de nuevas variedades resistentes a enfermedades y capaces de responder a las condiciones adversas del clima en diferentes regiones del mundo, agregó.

Finalmente, concluyó que lo que se está logrando con esa labor es la generación de conocimiento que se traduce en mejores capacidades de producción agrícola.