Valles Centrales, Oax.- Una de las principales plagas que mayor daño ocasiona al cultivo del maíz es el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda). Si no se maneja adecuadamente, este insecto ocasiona daños significativos que pueden afectar hasta 60% del cultivo (llega a defoliar la hoja, el cogollo, e incluso barrenar el tallo, pero su daño más considerable es en las partes tiernas de la planta).
El gusano cogollero afecta a más de 80 especies de plantas y causa daños a cultivos de importancia económica (además del maíz afecta al frijol, sorgo, arroz, entre otros). Su control convencional se basa en la aplicación de productos químicos, lo que genera un aumento en los costos de producción, incluido el pago del jornal (por lo cual algunos productores prefieren no realizar ninguna acción y dejar que el gusano ataque al cultivo).
En los municipios de Ayoquezco de Aldama, Ocotlán de Morelos, San Bernardo Mixtepec y Ejutla de Crespo, Oaxaca —donde el gusano cogollero ha ocasionado considerables daños—, el equipo técnico de Ricinomex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven el Manejo Agroecológico de Plagas. Actualmente, por ejemplo, se instalan trampas con feromonas para el control y muestreo de la palomilla del gusano cogollero en diversas comunidades de esos municipios.
Los resultados han sido muy favorables para los productores que se han sumado a esta iniciativa, por lo que el objetivo es que más personas puedan conocer la efectividad de las trampas con feromonas (sustancias que replican el aroma de las palomillas hembra, haciendo que las palomillas macho caigan en la trampa, lo cual corta el ciclo reproductivo del gusano cogollero).
Después de haber divulgado la información sobre los resultados de las trampas instaladas, durante este año se ha aumentado 300% la instalación de trampas con feromonas en los municipios citados (con respecto al ciclo anterior). Actualmente se han capturado un promedio de 114.6 palomillas macho por trampa, hecho significativo porque al evitar el apareamiento de la especie (donde la hembra llega a ovipositar entre 100 y 200 huevecillos) se logra mantener la plaga debajo del umbral de daño económico y, además, se hace de una forma responsable con el medioambiente pues se evita el control químico convencional.